Gallifa
© Consell Comarcal del Vallès Occidental
© Consell Comarcal del Vallès Occidental

Escapada al Vallès Occidental: en contacto con la Naturaleza

Haremos una etapa de la 'Ruta dels 3 monts' y en Gallifa conoceremos un santuario ecológico

Publicidad

Muchas cosas han cambiado en el Vallès Occidental desde que Pere Quart escribió aquello de "com el Vallès no hi ha res". Cierto es que se trata de una de las comarcas más pobladas de Cataluña, pero al mismo tiempo, alejándonos sólo un poco de las grandes ciudades, encontramos parajes todavía vírgenes o pequeños pueblos rodeados de montañas. Os invitamos a una escapada en la comarca en convivencia con los montes y los caminos de tierra.

Tarde día 1: Gallifa y una caminata por el Obac

En el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac se pueden llevar a cabo muchas rutas. La que os queremos proponer nos lleva a conocer la masía de la familia que dio el nombre a la sierra del Obac. Se trata de una excursión de unas dos horas y unos tres kilómetros, sencilla, y en la que también encontraremos un pozo de hielo o una colina de tonos rojizos.

Para tomar el inicio del itinerario hay que ir por la carretera B-122 entre Terrassa y Rellinars, y coger un desvío cercano al kilómetro 10. Encontraremos la Casanova del Obac, una gran casa que la familia Ubach levantó a principios del siglo XIX y que lleva la firma de Domenico Bagutti, que quizá os sonará por ser el arquitecto del barcelonés Laberinto de Horta. La casa sirvió para que los Ubach ampliaran sus negocios de vinos y aguardientes, y al lado tenían un horno de vidrio, con un caserón para los trabajadores. Hoy es propiedad de la Diputación de Barcelona, ​​y actúa como punto de información y como centro cultural, mientras que en el lugar que ocupaba el horno de vidrio hay hoy un restaurante.

Siguiendo el camino, bien señalizado y adaptado para personas con movilidad reducida, en poco más de medio kilómetro nos plantaremos en la Casa Vieja de los Ubach. La casa se encuentra en estado ruinoso, pero se pueden observar las estancias de la que fue una gran casa con más de mil años de vida. Uno de los negocios que se llevaron a cabo fue la venta de hielo, y el espacio que generaba este comercio lo encontramos siguiendo el itinerario: un pozo de hielo muy bien conservado, uno de los cuatro que se han localizado en el Parque Natural, y que servía para conservar el hielo producido a lo largo del invierno hasta bien entrado el verano, cuando se llevaba a vender. También algunos Ubach tuvieron otras fuentes de ingresos, como el de la producción de carbón vegetal; si nos fijamos en el suelo que hay en los alrededores del pozo de hielo veremos que es bien oscuro. Era aquí donde se producía un combustible, el carbón, más valioso que la propia madera.

La caminata nos depara otras sorpresas, como la curiosa morfología del Turó Roig. Sin ser un elemento geológico de especial espectacularidad, sí es un elemento original por su tono rojizo, porque parece deshacerse como un terrón de azúcar. Y también llegaremos a la fuente de la Portella, donde podremos tomar un buen trago de agua fresca.

Y como en esta época los días son largos, os proponemos completar la tarde visitando Gallifa, un pequeño pueblo de 200 habitantes pero que es una mina para ciclistas, escaladores o caminantes. Gallifa reposa entre montañas, en un valle profundo, y no es extraño que en este lugar hayan buscado la inspiración artistas como Josep Llorens Artigas, ceramista colaborador de Joan Miró. Precisamente la Fundació Artigas ocupa un lugar privilegiado en el pueblo, la masía de Can Ros, debajo mismo de la iglesia parroquial. La Fundación fue impulsada por el hijo del ceramista Joan Gardy Artigas, y allí se programan exposiciones, conferencias, conciertos o encuentros de críticos de arte. Pero quizás lo más importante es que los ceramistas pueden alojarse durante temporadas en la Fundación y trabajar en sus instalaciones.

En Gallifa también hay que conocer el Santuari Ecològic del Castell de Gallifa, por varios motivos. Por un lado, por las magníficas panorámicas que ofrecen los alrededores, ya que se encuentra en un mirador excepcional, en lo alto de un acantilado; y por el otro, porque debe tratarse del único santuario ecológico del mundo. Se encuentra a tres kilómetros del centro del pueblo, y ocupa el recinto del antiguo castillo de Gallifa y su ermita. El lugar es ideal para el reposo, el ocio y la meditación, y en esta línea se realizan actividades como reiki o flores de Bach. Y también es ideal para cerrar la primera tarde vallesana.

Día 2: por la 'Ruta dels 3 monts'

Os pedimos que toméis avituallamientos y buen calzado y os reservéis el segundo día de escapada para realizar una señora ruta. Se trata de una de las etapas de la Ruta dels 3 monts, itinerario de extraordinaria belleza que va desde el Montseny hasta Montserrat, pasando también por la Mola, y que por su kilometraje (106 kilómetros) se recomienda hacer en seis etapas. Nosotros no disponemos de tantos días y además queremos hacer otras cosas por el Vallès en esta salida, pero sí pretendemos "catar" la Ruta, y hemos elegido la caminata que va de Sant Llorenç Savall hasta Mura. Debéis estar mínimamente acostumbrados a andar, ya que en total serán 24 kilómetros los que recorreremos, con un desnivel acumulado de 1.228 metros. Tenemos todo el día por delante.

Empezamos, pues, en Sant Llorenç Savall, en dirección a la Creu del Racó y la antigua zona de huertos. Remontaremos el valle hacia los contrafuertes de la sierra de Sant Llorenç del Munt, y veremos el Marquet de les Roques, una antigua masía reformada en el siglo XX bajo estilo modernista. A partir de aquí se inicia uno de los tramos más duros, de ascenso al collado de Llor, y luego hacia el Coll de Eres, a 942 metros de altura. Desde aquí podemos atacar la cumbre de la Mola, desviándonos un poco de lo que sería el itinerario directo hacia Mura. Pero la excursión a la Mola vale la pena, y además en este tramo encontraremos también monolitos con miles de años de antigüedad y motivo de leyendas. Después de disfrutar del excepcional mirador que es la Mola, tenemos que volver hasta el Coll de Eres y de ahí hacia el de Estenalles, pasando cerca del Montcau. Más adelante nuestros pasos coinciden con el GR 5, hacia el Coll de Boix y de ahí en descenso hasta Mura, pueblo medieval bellísimo que ya pertenece a la comarca del Bages, y donde concluye la etapa.
Publicidad

Día 3: Sentmenat a fondo

El tercer y último día de nuestra escapada lo dedicamos entero a Sentmenat, población con poco menos de diez mil habitantes y de interesantes elementos arquitectónicos. En lo alto debemos situar la iglesia y el castillo, a lado y lado del núcleo principal del municipio. Fueron alzados alrededor del siglo XI. De aquella iglesia temprana queda la solitaria pero firme torre románica, mientras que el castillo hace años que ha perdido sus elementos defensivos. Pero ambos hay que conocerlos. Así que empezamos.

El campanario de la iglesia está bastante reformado, si bien mantiene su acento románico. A pesar de tratarse de una torre aislada, sigue siendo la encargada de dar puntualmente las horas. Está dedicada a Sant Menna, al igual que la iglesia de la que formaba parte. Sant Menna fue un mártir egipcio del siglo IV, y de él nos viene el nombre de Sentmenat. La iglesia actual de Sant Menna está a unos veinte metros del campanario, y es barroca, del año 1744. Desgraciadamente, tampoco aquella iglesia barroca la podemos admirar mucho, ya que sufrió importantes desperfectos en el curso de la guerra civil, y se hizo una reconstrucción a fondo en 1955. Y esconde algún tesoro, el más importante, el ara de San Menna, detrás del altar, una pieza de época paleocristiana, cuadrangular y elaborada con mármol de Carrara, con "graffitis" (antropónimos y invocaciones religiosas) escritos hace quince siglos.

Saliendo de la iglesia nos encaminamos al centro de Sentmenat. En la plaza de la Villa se hace mucha vida social. En una de las paredes, una placa recuerda una frase de la que fue maestra en la escuela pública de la ciudad entre 1930 y 1941, Joaquima Mas i Serra: "Lo que hay que respetar de las personas es su libertad". El edificio del Ayuntamiento cierra la plaza por un lado, y al otro lado está la sede de la Societat Coral Obrera La Glòria Sentmenatenca, más conocida como El Coro, entidad nacida en 1895 y que es mucho más que una coral. El edificio data de 1908 (obra de Josep Renom), con un bar de aquellos de toda la vida en la planta baja, y una fachada modernista que es Bien Cultural de Interés Local, coronada por un busto de Anselm Clavé, fundador del movimiento coral en Cataluña. Hablando de modernismo, si sois unos apasionados de este movimiento, en Sentmenat también será necesario que vayáis al cementerio, obra del arquitecto Antoni de Falguera.

Acabamos nuestra ruta por Sentmenat en el castillo, actualmente propiedad municipal. El aspecto defensivo inicial pasó luego a un aspecto más señorial, y más adelante fue un simple almacén agrícola. No por ello dejan de sorprendernos sus dimensiones y su estructura irregular.

Si disponéis de más tiempo, y de vehículo o de ganas de andar, en los entornos de Sentmenat, pero dentro del mismo término municipal, hay muchos otros lugares de interés, como la gigantesca encina de Can Ramoneda, junto a la masía del mismo nombre, Can Fruitós, una de las masías más antiguas de Sentmenat, o el dolmen de Serra Cavallera, el vestigio más antiguo del lugar y que demuestra que hace muchos siglos Sentmenat ya era un buen lugar donde vivir.

Capritx
Capritx
Terrasense. Estrellado desde 2010. Pequeño –cinco mesas. Discreto, incluso, en la ubicación. (Por ahora...) "De la naturalidad de las cosas, emerge nuestra sencillez", dice Artur Martínez. Su capricho es genético: en 1952, los abuelos abrieron una fonda, que los padres orientaron hacia la comida para llevar. Desde que el nieto se instaló, hace una década, el antiguo bar anexo ha convertido en el restaurante egarense de moda. ¿Qué vende? Raíz y simplicidad: rescata productos vallesanos codo a codo con los productores.
  • Cocina creativa
El Cingle
El Cingle
Cocina con la firma de Montse Estruch, basada en la tradición de nuestro país pero con amplias miradas, y con una clara apuesta para que sentarse en la mesa se ​​convierta en un mar de sensaciones. De esta manera, en el corazón de Vacarisses y con la montaña de Montserrat al fondo presidiéndolo todo, podréis disfrutar de unos sabores y unas presentaciones exquisitas, en un ambiente cuidado al detalle, ya sea tomando mesa en la sala, en la terraza o en el patio.
Publicidad
  • Mediterránea
  • Fuera de Barcelona
Heura
Heura
El restaurante Heura, situado en Sant Cugat del Vallès, en la província de Barcelona, ofrece cocina de mercado, con carta según temporada que nos destapa las mejores combinaciones que se pueden realizar con los productos mediterráneos. El local es perfecto para aquellos que busquen evadirse un poco de la rutina diaria y centrar sus 5 sentidos en la degustación de sus magníficas creaciones. Su salón con capacidad para 80 personas se caracteriza por un ambiente agradable, acojedor y sereno en que los clientes recibirán un trato cercano y personal. En su extensa carta podremos escoger entre ensaladas, risottos, carnes, pescados o las deliciosas garotas gratinas. El restaurante Heura es ideal para todo aquel que quiera disfrutar de una buena comida acompañado de sus amigos, familia, o su pareja, así como también para pequeñas cenas de empresas o celebraciones familiares.
El Celler
El Celler
La tercera generación de la familia Bernils que lleva el restaurante El Celler cuenta que hacen "de la humildad, virtud; vivimos del trabajo con la dosis de pasión necesaria para estar al día con las nuevas técnicas, que, junto con nuestras raíces, hacen de nuestra cocina un escaparate de sensaciones y recuerdos". Pensamos que no les falta razón. El Celler es sin duda una muy buena elección para comer bien, una masía con ambiente familiar y con unos platos excelentes, con una carta corta pero de una alta calidad.
Publicidad
Can Feu
Can Feu
Can Feu es –era– el barrio donde en 1970 abrió un bar para los obreros del textil, pero, desde entonces, es, también y sobre todo, una de las marcas sobresalientes de la gastronomía sabadellense. Los Villagrasa –tercera generación, ya– practican "cocina catalana moderna y de mercado", cerrando la puerta a engaños y artificios, y sin disfrazar el producto. La especialidad, el pescado salvaje y el marisco; mucho, de vivero propio. Menú tradicional y carta moderna. Como el Capritx, pertenece al colectivo Cuina Vallès.
  • Hoteles
Hotel Don Cándido
Hotel Don Cándido
Inaugurado en 1992, el hotel terrassense por antonomasia ya se divisa desde la C-58, por la situación estratégica de la que disfruta: en la parte baja de la Rambla, entre la autopista y la estación de los FGC. Su original planta circular permite que las 110 elegantes habitaciones insonorizadas disfruten de luz natural. Interesantes, el restaurante Mun, de estilo minimalista, donde Santi Ortiz hace "cocina evocativa", y el balneario OQUO, un espacio de relajación, estética y salud. Ideal para desconectar y dejarse llevar.
  • Hoteles
Hotel Campus Vila Universitària
Hotel Campus Vila Universitària
Si deseáis respirar ambiente universitario durante vuestra escapada al Vallès, y al mismo tiempo estar rodeados de naturaleza y bien comunicados, os recomendamos alojaros en el Hotel Campus de la Ciutat Universitària de la UAB. Un establecimiento con mucho espacio, que dispone de 109 habitaciones muy luminosas, de diseño sencillo pero con todo lo necesario. Podréis disfrutar durante vuestra estancia de los servicios de la Universidad, del complejo deportivo con piscina y del centro comercial.
Publicidad
  • Hoteles
Catalonia Sabadell
Catalonia Sabadell
El hotel llamado como la ciudad es el centro, como quien dice-a pocos metros-, pero sin estar muy bien: el barrio de Hostafrancs, de hecho. Por si desea comprar o pasear, o ambas cosas, se erige frente al parque Cataluña y del eje Macià, la avenida de los rascacielos y de los grandes almacenes en los que pensáis. En siete plantas, 110 habitaciones dobles, premium o suite; estas, de 44 metros y cama king size. Spa con tratamientos relajantes, restaurante y salones para eventos de empresa o familia.
  • Museos e instituciones
  • Historia
Museu del Gas
Museu del Gas
Flamante. Perdón. Pero es que es muy joven: abría en 2012, en plena crisis económica, y en una plaza que ya se llamaba del Gas –oficialmente, desde 1979. La sede de la Fundación Gas Natural Fenosa ocupa una antigua central eléctrica con motores de gas, La Energía. Difunde la historia corporativa y gasística en una exposición permanente, conserva el archivo histórico de la compañía y acoge muestras temporales y actividades para todos. El primer año captó 22.000 visitantes. Subid al mirador.
  • Museos e instituciones
  • Ciencia y tecnología
mNACTEC
mNACTEC
El vapor modernista Aymerich, Amat i Jover acoge, desde hace un par de décadas, el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya. Nacional, sí, y fuera de la centrípeta capital. En una decena de montajes fijos y otras temporales, refleja cómo los avances científicos nos han cambiado la vida, y vela por nuestro patrimonio industrial. Y cuidado: aquí no acaba el mNACTEC, que continúa en 25 museos territoriales. La Generalitat prevé que integrarlo dentro del nuevo Museu Nacional d’Història.
Publicidad
  • Teatros públicos
Teatre-Auditori Sant Cugat
Teatre-Auditori Sant Cugat
Con una programación intensa, diversa y de primer nivel, el escenario de Sant Cugat alcanza las dos décadas de trayectoria como equipamiento de referencia ineludible e indiscutible de la primera corona metropolitana. Obra de dos Ramones –los arquitectos Artigues y Sanabria–, sobresale la sala polivalente, con capacidad para unos 800 espectadores. Unas 50.000 personas disfrutan cada año de teatro, música, ópera, danza, espectáculos familiares, magia o zarzuela. O cine, charlas, talleres...
  • Museos e instituciones
  • Historia
Museu del Monestir (Museu de Sant Cugat)
Museu del Monestir (Museu de Sant Cugat)
El continente no es reciente: una abadía benedictina comenzada a construir en el siglo IX. El contenido, sí: ​​el Museo del Monasterio es la sede central y emblemática del Museo de Sant Cugat, nacido en 2003 –la otra es el Museu del Tapís Contemporani, la casa Aymat. A parte del claustro y la iglesia, alberga una instalación sobre el monumento, los monasterios románicos y los monjes medievales; muestras temporales de arte y temas locales, y aulas. Organiza visitas guiadas o teatralizadas.
Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad