Escapada a Osona: postales del Lluçanès

Alpens, en el norte de Osona, es un pueblo de esos que se dice "con encanto", donde apetece pasear sin prisas y con rincones bucólicos. Ahora bien, uno de los motivos por los que quizás es más conocido es por sus elementos de forja, obra del herrero Joan Prat, y que podéis ir siguiendo ya sea en forma de farolas, pica-puertas, barandillas, rejas... Y también esculturas como la de Manelic, que hay en la entrada de la bonita plaza Mayor, o la dedicada a los donantes de sangre -en este caso firmada por Enric Pla-, o la escultura La Danza Alpensina -una obra colectiva dirigida por Miquel Xirau y que se forjó en el transcurso del XI Encuentro Internacional de Forjadores.

Esperamos que hayáis descansado durante la noche y os suene temprano el despertador, porque hoy nos espera un día bastante apretado. Primero os queremos proponer ir a Olost, donde visitaremos el Espai Rocaguinarda, un centro de interpretación dedicado al bandolerismo del siglo XVII y muy especialmente al bandolero Perot Rocaguinarda, uno de los más conocidos de su tiempo de los que había por estos territorios. Nacido en Oristà en 1582, y muerto en Nápoles en fecha indeterminada, Perot aparece en textos de autores como Cervantes, Verdaguer o Lope de Vega, y a pesar de ser un personaje de carne y hueso, también tiene su vertiente legendaria, como recoge este Espai Rocaguinarda inaugurado en 2013.

Sin cambiar de población, pero sí de temática, os proponemos a continuación hacer una visita a Cerveses Ausesken, donde os explicarán el proceso de producción artesanal de esta bebida mientras descubrimos las instalaciones, para terminar el recorrido con una cata de cervezas.

Entre bandoleros y cervezas probablemente la mañana se nos habrá evaporado, así que después de comer nos desplazaremos en Oristà para pasear por las calles de los alrededores de la plaza y de la iglesia, observando las casas con dinteles de piedra trabajadas, portales adintelados y ventanales góticos de los siglos XVI al XVIII. En Oristà también debe ver la cripta prerrománica de la iglesia y el Museo Rocaguinarda de Cerámica de los Países Catalanes, pequeñito pero con unas 4.000 piezas de cerámica catalana de todos los tiempos.

Si la jornada de ayer fue bastante intensa, la de hoy no queda atrás y además os pediremos que hagáis un poco de deporte. Y es que en Perafita encontramos uno de los centros de la Burricleta, donde podemos alquilar una bicicleta eléctrica y hacer uno de los muchos trayectos que hay indicados. La misma empresa nos lo propondrá en función del nivel de dificultad que estemos dispuestos a afrontar. La electricidad incorporada al vehículo nos servirá, y mucho, para no cansarnos tanto pedaleando, así como nos será de utilidad el GPS que lleva instalado.

Una ruta más que recomendable es la que va hasta Lluçà, con la que disfrutaréis de un paisaje encantador y respiraréis la calma del Lluçanès. Allí podéis ir a conocer a la gente del Mas la Font, donde os explicarán su actividad en la explotación agraria y podréis probar la carne de ternera ecológica que producen dentro del proyecto La Font Sostenible.

Y de visita obligada es Santa Maria de Lluçà, una joya del románico, con iglesia consagrada en el año 905, y toda ella con elementos de interés, especialmente el pequeño claustro, del siglo XIII. Un lugar con más de mil años de historia fantástico como último recuerdo de nuestra estancia en el Lluçanès.