Comestibles, coloniales, ultramarinos, droguerías, bodegas, charcuterías, mantequerías y así hasta llenar un par de líneas más. Todas estas palabras se utilizan para nombrar un abanico de tipologías diversas que va desde la tienda de barrio donde encontrar un poco de todo hasta la bodega donde comprar vino a granel, frutos secos y alguna lata. El verbo castellano 'colmar' (derramar) da nombre y conceptualiza a este tipo de tiendas. Su origen son las droguerías de Ciutat Vella.
A lo largo de este reportaje veremos como las características de estos establecimientos -calidad, trato, proximidad- se entrelazan creando más confluencias que diferencias en tiendas que son únicas en su especie. Reivindiquemos los colmados y lo hacemos por muchos motivos: por su belleza (en contenido y continente), por su historia arraigada a la ciudad y por su proximidad. ¿Nos acompañáis?
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