El Tarantín
© Maria DiasEl Tarantín
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Del Caribe y Venezuela: Tarantín y Medio o Pinto

Celebramos el Tarantín y el Medio o Pinto, dos restaurantes 'neovenezolanos' con restos del Caribe y Cataluña

Ricard Martín
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A ver, pandilla de 'milenials'; ¿os dice alguna cosa el eslogan 'Del Caribe la traigo yo'? (calypso de Belafonte de fondo) Han pasado décadas desde el anuncio de Trina Piña Colada, pero comienzan a haber restaurantes que nos traen del caribe (el jaimacano Stush & Ten lo intentaron el 2009). Sobre todo venezolanos: la diáspora 'madura' ha hecho que estudiantes de hostelería con intención de volver se instalarán en Barcelona y pusieran en práctica lo aprendido en las escuelas de cocina 'top' (hay muchos venezolanos con cursos en la Hofmann.

Del Caribe y Venezuela: Tarantí y Medio o Pinto

  • Caribeña
  • L'Antiga Esquerra de l'Eixample

El lema de Paola di Meo y Miguel Portillo –sala y cocina del Tarantín– es 'serious caribbean cuisine'. Ellos son de Maracaibo, topónimo con eco de cañones piratas. El Tarantín –equivalente a chiringuito callejero– quiere "establecer un pequeño repertorio de cocina de autor inspirada en las recetas del Caribe: Granada, Trinidad y Tobago...", dice Portillo. No se definen como restaurante venezolano, sino "como una plaza abierta a las influencias afro comunes del Caribe", dice Di Meo. Han convertido una tienda de teléfonos en una caseta de playa y se han documentado a fondo en cuanto a la comida de la calle. Una carta corta y mutante que va al grano, con seis tapas y siete principales: excelentes las bolas de yuca rellenas de 'jerk chicken', pollo favorito de Bob Marley, delicado y ahumado (¡el ave!). De la República Dominicana tienen el mofongo, una cúpula de arroz, plátano frito y especies que ellos hacen con carrillera de ternera. Y de cosecha propia, un tierno magret de pato que, asado en una hoja de plátano y con verduritas y especias, genera una salsita propia deliciosa, nada que ver con el pato con crema de leche que arruina la digestión. En el menú de mediodía (12,95 euros) ponen ritmo 'rocksteady' a recetas mediterráneas.

  • Venezolana
  • precio 3 de 4

Muchos cocineros jóvenes venezolanos se afilian al Caribe, pero no todos. Cristian Laprea y Carolina Marín han abierto el Medio o Pinto, donde Laprea defiende hacer "una cocina abierta a la Venezuela bonita y creativa". "Seremos caribeños en verano, pero queremos unir la cocina española y la venezolana de una manera imaginativa", matizan. Más que defender la tradición a ultranza (no encontraréis 'pabellón'), practican un repertorio propio donde Cataluña se enriquece con el ají dulce –pimiento que añade color y sabor y pica poco– y posibilita platos como una 'coca de recapte' de yuca crujiente con un salteado de mariscos, partiendo de la tradición venezolana revisitada de manera creativa. En la planta baja se puede comer una carta de 'picadero' –el equivalente a nuestras tapas, como por ejemplo los 'tequeños', sabrosos palitos de yuca y queso, o degustaciones de arepas en pequeño formato– y arriba una carta muy meditada. El mejor ejemplo es su versión de la 'cachapa': un sencillo bocadillo tradicional de 'pancake' con queso convertido en un plato de precisión. Tienes salsa cremosa de maíz, morcilla y chorizo, y el 'entrepancake', que aprisiona una hamburguesa de pierna de cerdo, a cocción lenta doce horas. El sabor tiene tres texturas porcinas y sabrosas. Una maravilla, vamos. Medio o Pinto era el 'trick or treat' de los descamisados ​​venezolanos, que armados con un bote de pintura amenazaban a los ricos durante Carnaval: ¡medio real o te pinto! También hay un menú de mediodía a 15 euros.

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