El Claudia no está exactamente en la calle Mandri, pero es uno de los locales más concurridos del barrio, que en los últimos años ha visto cómo se transformaba gracias a nuevos restaurantes. Un lavado de cara que ha hecho que en Mandri y en su entorno –incluyendo las calles perpendiculares Bigai o Bisbe Sivilla– haya más color y movimiento que nunca.
No se puede decir que la calle de Mandri sea la más bonita de Barcelona. Tampoco es que esté en un barrio con mucha actividad social, pero desde principios del siglo XX, esta calle con poco más de 600 metros de largo se ha ido convirtiendo en un importante núcleo de ocio de este barrio barrio de tradición burguesa que es la Bonanova.