En la Barceloneta, en la planta cuarta del Museu d’Història de Catalunya, encontramos un terrado que no necesita demasiada altura para ofrecer una de las mejores vistas de la ciudad. El restaurante lleva el nombre del año en el que, inspirándose en las construcciones portuarias inglesas, se proyectó el edificio del Museo, 1881. Es del grupo Sagardi y su cocina es con productos locales y mediterránea. No podía ser menos, ya que el espacio está presidido por la vista del puerto de Barcelona y con Montjuïc en el horizonte.
No hay mejor manera para volver a amar la ciudad que desde las alturas, con una buena copa en la mano, y la pose de un dios olímpico que se mira las cosas con condescendencia. Así que no tenéis otro remedio que subir a estos terrados de Barcelona y sentiros como en el cielo... ¿La cuenta? Pasádsela a Zeus.