Sitges
¿Por qué ir? Se conserva perfectamente el equilibrio entre el antiguo pueblo de tradición marinera y una ciudad de postal donde a cada paso nos deja boquiabiertos un rincón con encanto. Hay que caminar por la calle de l'Aigua y visitar patios como el del bar La Guineu. Pero si definitivamente quieres triunfar con un detalle romántico soberbio, reservar una habitación en Dolce Sitges y el amor se encenderá en llamas.
¿Qué ver? La iglesia de Sant Bartomeu es el emblema más popular, aunque la vila esconde muchos secretos que deberéis descubrir.