La plaza de Catalunya


Es una pena, pero no hay por dónde cogerla. Ni siquiera cuando está ocupada por tiendas mejora. Entre el edificio de El Corte Inglés, el de la FNAC, las paradas de los autobuses turísticos y la escultura de Subirachs, que ya no pudo hacer nada por arreglarla, tenemos un buen churro en pleno centro.