Barcelona Top 10: Espacios recuperados

Se quemó por segunda vez en 1994 para resucitar el quinto año con un techo de Perejaume, unas tribunas más impersonales y mejoras técnicas. En teoría, era una ocasión para hacer el teatro más grande y así poder bajar el precio de las entradas, pero en la práctica…

El bar de Muntaner era recordado por los ancianos del barrio como un lugar para ir a jugar al billar. Nadie entendía que estuviera cerrado desde el año 2.000, hasta que hace cinco años Moritz le lavó la cara y el local atrajo de nuevo incluso a los escritores. Javier Tomeo era un habitual.

Fue diseñado para representar a Alemania en la Exposición Internacional de Barcelona del 1929 y ya al año siguiente fue desmontado. Pasaron 57 años hasta que los barceloneses, gracias a la iniciativa de Oriol Bohigas, pudimos volver a presumir de esta obra arquitectónica. ¡Santa paciencia!

Como plaza de toros no funcionaba desde 1977, así que se tenía que hacer algo. ¿Qué? Brillante idea: un centro comercial. ¡Qué original! En Barcelona, ya se sabe que hacen falta y todos bien iguales, con las mismas marcas y la misma música de fondo. ¡Horror!

Sí, quién lo iba a decir, pero desaparecieron en el año 1988, en plena locura pre olímpica, y con ellos se fundió la posibilidad de comerse un arrocito por cuatro duros con los pies en la arena. Ahora han revivido, con otros precios, menos sardina y más mojito.

Fue una antigua fábrica de hilos del siglo XIX integrada en Sant Andreu del Palomar, pero en los años 70 cerró y el patrimonio industrial hecho de ladrillos se ha transformado en una fábrica de creadores que funciona desde el 2009. Es muy surrealista, esto de coser con ideas.

Lo construyeron en 1929, como el Mies van der Rohe, y fue la sede de TVE cuando solo había un canal. Desde hace siete años es un hotel de lujo donde los ricos se pueden camuflar entre una vegetación exuberante, ver la vista de los cruceros y arriesgarse por la jungla de Montjuïc. ¡'So cool'!

Hizo brillar el Paral·lel desde 1898 hasta 1997, sobreviviendo como pudo durante el franquismo. Ya hace cuatro años que reabrió manteniendo el molino de Josep Alemany, del 29, un año de cracs y grandes gestas para la ciudad. En la web preguntan: “¿Todavía no has venido?”. ¿Por qué debe ser?

Los Jardines de la Vil·la Amèlia formaban parte de la finca particular de Ignasi Girona en Sarrià, antiguo lugar de veraneo de la familia. Ya en 1930 pasaron a manos del Ayuntamiento a cambio de que una parte del suelo fuera edificable. Es un precedente de tantos otros espacios que se deben recuperar.

Es de las últimas recuperaciones que ha hecho la ciudad. Al lado del MACBA ha renacido este mural hecho por el artista norteamericano hace 25 años para alertar contra la pasividad en la lucha contra el sida. ¿Cuántos otros grandes grafitis se habrán borrado desde entonces? Al menos unos cuantos Banksy...