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Si sois de Girona -o Figueres, como es el caso- sabréis que un 'xuixo' es más que una pasta de leche, harina, huevos, sal, azúcar y relleno: es un sacramento laico, un postre imprescindibles para el fin de semana (¡o para comer con glotonería de ladrón en cualquier momento!). Buenas noticias: Casa Cacao (Plaza de Cataluña, 23, Girona), la chocolatería de los hermanos Roca, se ha unido con Can Castelló
–obrador artesano gerundense especialista en 'xuixos'– para elaborar un 'xuixo' de crema de chocolate de 50 gramos: 72% de cacao colombiano y producto gerundense.
Jordi Roca, impulsor de Casa Cacao y responsable de los postres del Celler de Can Roca, explica que «el 'xuixo' es el emblema dulce de Girona y el pastelero Julià Castelló es quien mejor lo representa. Y desde Casa Cacao hemos escogido un cacao de la comunidad originaria de los Arhuacos, en la Sierra de Santa Marta de Colombia, cultivadores de cacao desde tiempos inmemoriales». El porcentaje de cacao del 'xuixo' "es del 72%, una proporción a la que ha llegado el maestro chocolatero Damian Allsop después de muchas pruebas, siendo la que mejor expresa la autenticidad de el haba de cacao", precisa Roca. Es, según el chef, "un chocolate que tiene notas de flor blanca, intensidad de frutos maduros y mucha personalidad".
Julià Castelló explica qué es lo que hace que un 'xuixo' sea un auténtico 'xuixo' de Girona: "Siempre hay que rellenar y envolver a mano, uno a uno y antes de cocer, nunca después. Nosotros estiramos el producto, lo rellenamos, lo enrollamos, lo fermentamos con humedad y calor controlada y lo freímos con aceite. Hay que procurar que el relleno no salga por los lados y que el cilindro quede bien cerrado". Se sirve caliente, con un toque de horno, para poder apreciar mejor aromas y propiedades. Y solo se puede comprar en Casa Cacao.
Por cierto, la mejor manera de saber si alguien es de Girona o no es hacerle hablar de 'xuixos'. Si alguien dice 'chucho', descartadlo como gerundense (quienes por cierto, nos tomamos con tanta socarronería esta mala pronunciación como los de Berga cuando un 'pixapí' dice el nombre de su pueblo con e abierta y transforman fonéticamente un pueblo de montaña en un falo tieso. Los chuchos en la perrera, oiga).
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