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Hay tantas formas de viajar como personas en el mundo. Con una mochila con la imprescindible cargada en los hombros, de camping, en apartamentos y haciendo un 'solo trip' son algunas de las casi infinitas opciones que existen. Si tenéis un presupuesto bastante más elevado, otra forma de conocer mundo es en hoteles de alta gama y restaurantes y experiencias no aptas para aquellos con el bolsillo vacío. El turismo de lujo ha ido en aumento en los últimos años en todo el mundo, y Barcelona no ha sido ninguna excepción. Según los datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), las plazas en los hoteles de cinco estrellas y de gran lujo se dispararon un 50% en diez años.
Mientras que en 2012 había más de 8.600 camas en este tipo de equipamientos, en 2022 la cifra se disparó hasta superar las 13.200. Según los datos más recientes del consorcio Turisme de Barcelona del pasado mes de julio, la ciudad cuenta con 445 hoteles de todo tipo que suponen 78.083 plazas. Del total, hasta 6.717 camas son de gran lujo, un 8,6%, y 6.579 de cinco estrellas, 8,4%, es decir, un 17% de las plazas de hotel en Barcelona están dirigidas al turismo de alta gama, casi dos de cada diez. Aunque todavía no hay datos oficiales, a lo largo del pasado 2023 los datos también aumentaron, una evolución que el Gremio de Hoteles de Barcelona califica de "extraordinaria".
El presidente del gremio, Jordi Cols, ha asegurado a la ACN que el aumento de las plazas es un síntoma de la "mejora del tipo de visitante" que tienen y ha añadido que "es un exponente clarísimo de que estamos yendo por el camino que queremos ir". Esta tendencia en aumento del turismo de lujo en la ciudad no es un caso aislado en el arco mediterráneo, sino que la mayoría de grandes ciudades de la zona también viven la misma situación. Sin embargo, distintos expertos aseguran que Barcelona tiene un "buen margen" por crecer porque todavía se encuentra "lejos" del porcentaje de plazas de alta gama que tienen capitales europeas como París, Londres y Roma. Cabe destacar que hace veinte años en Barcelona tan solo había un hotel de gran lujo, mientras que ahora ya hay más de una veintena y que, como apunta el profesor de la UOC experto en turismo, Pablo Díaz, actos como la Copa América de Vela o el Mobile World Congress contribuyen a la tendencia al alza.
Unos beneficios no redistribuidos
Pese a que este tipo de turistas gasta mucho dinero en la ciudad, no llega a los trabajadores ni se invierte en mejoras para los ciudadanos. "Es cierto que este tipo de visitantes gastan más, pero esto no se traduce en una redistribución de los beneficios", apunta la investigadora del colectivo Alba Sud, Carla Izcara, quien estudia el turismo desde una perspectiva crítica. "Los trabajadores de los hoteles no cobran más para que sus huéspedes paguen más", añade Izcara. La investigadora también recuerda que el turismo de alta gama gasta muchos más recursos con el uso de piscinas, jacuzzis y jets privados, comodidades habituales entre este tipo de visitantes. Izcara también remarca que "depender del turismo nos hace muy vulnerables" y que la diversificación económica y el decrecimiento turístico justo son esenciales.
Pese al aumento del turismo de lujo, según los datos más recientes del Observatorio del Turismo de Barcelona de junio, en 2022 el sector turístico dio trabajo a 298.398 personas en toda la demarcación, de las cuales casi la mitad tenían un salario inferior a los 1.000 mensuales brutos. Además, si nos fijamos en el género, la diferencia es alarmante; un 40% de las trabajadoras eran mujeres y de media recibían sueldos un 25 % inferiores a los de los hombres, 21.560 euros frente a los 28.807 de sus compañeros.