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Considerada hasta hace poco como un accesorio excéntrico fuera de ámbitos profesionales como la sanidad o creativos como la moda, la mascarilla ha dado el salto a la calle, ha suscitado debate político, se ha convertido en objeto codiciado y es también un lienzo para la creatividad. Estos son algunos de los modelos más exagerados que hemos encontrado en las redes, mascarillas que quedan al margen de la propuesta higiénica y abrazan el esperpento y la sorpresa.
Sacar la lengua
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La diseñadora textil YR Jóhannsdóttir explora el punto y juega con el cuerpo creando piezas tridimensionales. ¿Os atreveríais con una mascarilla de una boca expandida que abraza la nariz, y lenguas irreverentes que nos protegen los labios y los orificios nasales? Su experimento realizado en tiempo de confinamiento se ha hecho viral y, como explica en Instagram, se congratula de haber conseguido hacernos reír. No están a la venta, pero ¿quién sabe? Ayudarían, seguro, a mantener la distancia.
Anticipación e imaginación
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En febrero, adelantándose en el tiempo y a la gravedad de la crisis sanitaria, el artista visual Max Siedentopf puso en marcha la serie 'How-to survive a deadly global virus' después de ver que en las redes ya corrían alternativas a las mascarillas convencionales. El diseñador proponía cubrirse boca y nariz con una hoja de lechuga, un sujetador o con los restos de un bote de crema de avellanas, entre otros. Como explicaba en Instagram, "el virus se está esparciendo a escala global, y muestro cómo puedes protegerte del virus mortal a partir de objetos que forman parte del día a día".
Tu mejor cara
¿No os parece que la mascarilla nos da cierto aire de misterio? ¿Cómo será la cara que se esconde bajo los ojos de esa persona? Las mascarillas de la empresa Resting Risk Face no dejan mucho a la imaginación, ya que imprimen en ellas la cara de sus usuarios consiguiendo un efecto de plena normalidad. La idea surgió para no tener que quitarse la mascarilla para activar el reconocimiento facial de algunos teléfonos móviles. Nos parece divertido jugar a llevar la cara de otra persona.
Mascarilla mecánica
No estamos aquí para hablar de la seguridad de las mascarillas sino de su originalidad y esta, a pesar de todo, lo es. Quizá os habéis encontrado ya en esta situación: te compras un helado y cuando le quieres dar el primer lametazo, ¡ups!, llevas la mascarilla puesta. Te la tienes que quitar, guardártela en un sitio seguro y limpio... La empresa israelí Avtipus Patents & Inventions ha inventado esta mascarilla con una apertura a la altura de la boca que se abre y se cierra con un mecanismo similar al del freno de una bici. No, no es la más cómoda del mundo, ¡pero qué importa!
De exposición
Sí, las mascarillas también son obras de arte y, como tales, objetos de exposición. Un ejemplo son estos diseños que se pudieron ver en la muestra 'Masters of Disguise' en el London Design Festival. 23 artistas –Martino Gamper, Soft Baroque, Rio Kobayashi, Bertjan Pot...– han hecho mascarillas que les representan a ellos mismos y, viéndolas, no podemos ni imaginar la creatividad que hay dentro de sus cabezas. Son de materiales, tamaños, colores y referencias totalmente antagónicas y eso las hace todavía más interesantes.