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Imaginad que os encontráis en el día de Navidad de la Barcelona del 1704. Son las cinco de la tarde y una gran bola de fuego atraviesa el cielo –se ha visto desde Marsella– y acaba cayendo cerca de Terrassa, según varios testigos. Es lo que se conoce como Meteorito de Barcelona y hasta hoy se creía que no se había conservado ningún fragmento.
Tres siglos más tarde, un estudio llevado a cabo en la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC) y el Museu de Ciències Naturals de Barcelona a través de un proyecto de investigación de la sección de ciencias y tecnología del Institut d’Estudis Catalans ha dado a conocer el hallazgo de dos fragmentos de este meteorito que habían pasado inadvertidos entre las colecciones de curiosidades de los Salvador, una familia de botánicos y boticarios de Barcelona.
El estudio, publicado en la revista 'Meteoritic and planetary science', explica cómo el meteorito, caído en una fecha tan señalada y en medio de la Guerra de Sucesión, fue utilizado propagandísticamente por ambos bandos, y ayuda a explicar cómo, en la época moderna, se atribuía a estos fenómenos un origen divino.
Los materiales que componen los fragmentos del meteorito, el séptimo más antiguo de los que se conservan en el mundo y el tercero de Europa, corresponden a una condrita ordinaria, por lo que se deduce que podrían provenir de un asteroide primitivo entre las órbitas de Marte y de Júpiter.
Los restos, de 50 y 34 gramos, se han encontrado mientras se catalogaba el gabinete de curiosidades de la familia Salvador, dentro de un frasco de vidrio donde había un sobre con una etiqueta en la que se podía leer el texto incompleto: "Pe [d] ra [que es] ygué de un [..] [..] uno se [..] en [..] y 1704 ".