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Pocos días antes del 23 de abril, la Cambra del Llibre y el Gremi de Floristes plantearon que la gran fiesta del libro y la rosa se trasladara al próximo 23 de julio. Una fecha alternativa y más o menos factible para celebrar una fiesta que, vistas las circunstancias de riesgo sanitario en las que nos encontramos, era imposible celebrar el día de Sant Jordi. El objetivo de las dos entidades organizadoras es no dar por perdido uno de los días más importantes y donde más ventas se concentran del año.
Es por este motivo que consensuaron trasladar la fiesta tal como la entendemos, con las paradas en las calles y aglomeraciones, el último sábado de julio. Las entidades trasladaron este planteamiento a través de un comunicado pero no contaban con el visto bueno de organismos públicos como el Ayuntamiento, pieza clave para poder sacar adelante una fiesta masiva como la de Sant Jordi. Finalmente, el consistorio barcelonés ha mostrado su apoyo a la fecha alternativa propuesta por los dos gremios "atendiendo a los formatos y condiciones que marquen las autoridades sanitarias para la celebración".
La noticia supone un alivio para las dos principales entidades implicadas con el día pero no deja de reflejarse en un escenario muy optimista. Cancelaciones definitivas como el Primavera Sound, que en un principio se aplazó para agosto pero ya se ha confirmado en junio de 2021, o el Festival de Pedralbes, que ya es oficial que se traslada al 2021, no dibujan un panorama muy favorable para un supuesto Sant Jordi de verano. En la misma comparecencia donde se ha comunicado la apuesta por la nueva fecha de la fiesta el concejal de cultura, Joan Subirats, también se ha confirmado el aplazamiento al 2021 de la otra cita literaria de la ciudad, el Món Llibre. En un principio se reprogramó para finales de junio pero finalmente se ha optado por la cancelación.