Barcelona misteriosa: historias de terror y leyendas de la ciudad

Vampiros, espíritus, exorcismos y otras historias para no dormir que han pasado en nuestra casa

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La bucólica y pragmática Barcelona, aquella que enamora del primero al último que la pisa, esconde un pasado reciente inexplicable y mágico. Brujas, visiones, asesinatos y estaciones de metro malditas componen un reportaje que bien podría estar en cualquier programa de 'Cuarto Milénio'.

Historias de miedo de verdad, con nombres, apellidos y víctimas. Un pasado reciente que pervive en las paredes de las casas, en las calles y también en la memoria de los barceloneses. Preparaos porque ni el primer parque de atracciones de terror ni cualquier 'scape room' de la ciudad os provocarán un clafred tan paranormal!

NO TE LO PIERDAS: Una Barcelona de miedo

10 historias que te pondrán los pelos de punta

  • Qué hacer
  • Sant Martí de Provençals

La iglesia del Sagrat Cor tiene historia: construida a principios de 1900, constaba de templo, parroquia y un cementerio. En la Semana Trágica, el conjunto fue destruido. En 1926 la volvieron a levantar, pero la Guerra Civil la va requemó de pies a cabeza. En la tercera vida, en 1943, anularon el cementerio por una cochera de buses. Dicen que, por la noche, los muertos huérfanos del suelo consagrado se lamentan arrastrándose por el cemento.

El diablo habita en Gràcia

Muy cerca de de Bailèn, hay la Casa del Demoni: en el corazón gitano de Gràcia, envuelta en una quietud difícil de explicar, terrorifico cuando nos sentimos observados por las efigies del Diablo a la fachada (los plafones mefistofélicos hielan la sangre). En 1892, el empresario Atzeries se arruinó, y prometió el alma al Adversario a cambio de fortuna. Le tocó la lotería. La casa aguanta pero no por el pacto: es patrimonio protegido.

Josep Torres, 20

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La vidente de Franco

Ramona Llimargas Soler nació en Vic a finales del siglo XIX. Hoy está enterrada a Can Trilla, una de las últimas masías de Gràcia, donde reside la pequeña comunidad de monjas Hermanas de Jesús Paciente. De Llimargas decían que tenía el don de la ubicuidad. Que un chófer que la traía al asiento de atrás llegaba a su punto de destino con el coche vacío. Que había sido vista a la vez por Barcelona y al despacho de Franco en Burgos, se ve que el dictador se encomendaba a la monja vigatana antes de mover ficha. Lo relata el cronista Xavier Theros en el libro 'Barcelona, secretos a la vista', donde también cuenta que la monja se dirigía al Caudillo en catalán de Osona, que el de Ferrol descifraba con lo poco de gallego que hablaba.

Vampiros a la catalana

¿Enriqueta Martí, la vampiresa de la calle Ponent (ahora Joaquín Costa), fue el monstruo que dice la Wikipedia, secuestradora de niños, a quienes prostituía, mataba, chupaba la sangre y finalmente convertía en ungüentos para los ricos? No.

El espléndido libro 'Vampirismo ibérico', de Salvador García, establece los hechos probados: secuestraba a niños de gente tan miserable como ella para obligarles a pidolar o los revendía. Hay indicios de infanticidio, pero nada concluyente. La prensa anunció que en su casa encontraron huesos de cuatro niños, pero eran de animales. También que la mataron las reclusas de Reina Amàlia, pero murió de cáncer.

El vampiro de Terrassa

En 1932, en Terrassa, una mujer salió dejando su hijo de tres meses durmiendo. Cuando volvió, no estaba: lo encontraron muerto en un patio cercano, sin sangre. El asesino, Salvador Cazorlo, lo había hecho "porque si no, la Virgen lo habría matado a él".

El vampiro de Llers

El conde Estruch, noble vampiro con un castillo en ruinas en Llers, era un hombre viejo que volvió a la vida convertido en endemoniado joven: chupaba la sangre a las chicas y las dejaba embarazadas. De su nombre viene la palabra catalana 'malastrugança'.

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Jacint Verdaguer, el exorcista

A finales del XIX, una epidemia de endemoniados hizo que la Diócesis de Barcelona convirtiera el cuarto piso del número 7 de la calle Mirallers en una casa dedicada al exorcismo. Uno de los practicantes del sacramento fue Jacint Verdaguer, hasta el punto que el obispo de Barcelona –miedoso de lo "qué dirán" si se sabía que el confesor del marqués de Comillas participaba en ceremonias dudosas– retiró la licencia para consagrar al poeta cura. Ya se sabe que el triunfo del demonio es que la gente no crea. Padre Josep Serra, exorcista de Barcelona, no ha querido hablar con Time Out justificando que "su misión pide privacidad".

La maldición de Rocafort

Durante una época, hacia los años 60, ningún trabajador de TMB quería vigilar la estación de Roquefort por la noche. Los jefes de estación que se quedaban aseguraban haber notado presencias extrañas. El caso es que en aquella década, la estación se puso de moda entre los suicidas. Y por si esto no fuera bastante, los trabajadores de TMB recordaban que años antes de que formara parte de la red de metro, aquel espacio se utilizó como refugio de guerra.

Quién sabe si había (hay, quizás) un exceso de almas atrapadas en aquel surco, que por la noche buscan contacto con los vivos. Esta historia, un clásico entre los trabajadores de TMB, lo explicaba el guía cultural Manuel Marina, en un itinerario subterráneo que hizo hace unos años la empresa CultRuta.

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  • Vila de Gràcia
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Hace unos 10 años, Víctor Nubla (escritor, músico, sabio popular y más de Gràcia que la campana de la Torre del Rellotge) publicó un librito maravilloso que se llama 'Magia tridimensional perenne' (que podéis encontrar también recopilado dentro de otro que se llama 'Cómo caza un dromedario'). Recoge historias extraordinarias vividas y/o oídas en el barrio de Gràcia. Historias de piedras magnéticas y fuentes de agua que hierve entre la nieve y episodios de magia cotidiana en la Bodega Marín, también conocida por los expertos como 'centro místico del universo'.

Quirologia o cuando las manos hablan

Hace 40 años que Josep Fàbregas se dedica a la quirologia –el arte de la lectura de la mano–, pero fue hacia los 2000 que descubrió los orígenes y su verdadero objetivo: conocer el nivel de evolución de cada persona y su presente. Nada que ver con prever el futuro. En sus estudios y cursos combina esta práctica con la grafología, la fisiognomia y la astrología, como ángulos totales.

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Fructuós Canonge, el merlín catalán

A mediados del siglo XIX, las gestas de Fructuos Canónge corrían por Ciutat Vella como el polen en la primavera. Que si en el mercado había convencido al personal de la frescura de unas sardinas que estaban claramente pasadas. Que si había hecho salir monedas de oro de dentro de los huevos de una parada. Que si una vez que tenía que actuar ante la reina Isabel II, llegando tres horas tarde, consiguió que todos los relojes de la sala retrocedieran a la vez. Pero ni toda esta gracia lo salvó del exilio por republicano. En la plaza Reial (¡qué contradicción!) una placa lo recuerda por lo menos impresionante de sus oficios: limpiabotas.

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