Es un gimnasio con muchos servicios personalizados, un spa y un centro donde hacerse masajes. El Wellness Club 33 del hotel Axel no es sólo el gimnasio del establecimiento 'heterofriendly'. Es un lugar donde se pueden hacer muchas cosas y que no sólo está pensado para los clientes del hotel. Es un negocio abierto a todo el mundo, un espacio lleno de oportunidades para desestresarse o para empezar a cuidar la línea.
Al frente del Wellness Club 33 está una pareja de argentinos con una larga trayectoria como entrenadores personales. Son Gabriel Calio y Sabrina Kacheroff, los responsables de este local ubicado en el piso -1 del popular hotel gay que ya hace casi cuatro años que funciona. "Aunque desde un primer momento hemos estado abiertos a todos los públicos, al principio nos costó mucho hacer entender que todo el mundo era bienvenido. Igual que en el hotel, aquí puede venir todo el mundo, no importa su orientación sexual, sólo que sea tolerante con todas las opciones", dicen. La mezcla de público local con turistas que pasan unos días en la ciudad es uno de los atractivos de este gimnasio diferente que ya ha conseguido un buen grupo de fieles en el Gayxample.
En total, el Wellness Club 33 dispone de unas instalaciones de 500 m2. Hay una sala de fitness equipada con una trentena de máquinas. En comparación con las de las grandes cadenas es pequeña. Por eso apuestan por el trato personalizado. El producto estrella son las sesiones con entrenador, que pueden ser de 30 o 60 minutos y que cuestan un mínimo de 38 euros. "A todo el que llega le recomendamos hacer algunas clases personalizadas. Como mínimo durante un mes. Casi todo el mundo ha ido a un gimnasio alguna vez, pero son muy pocos los que saben hacer ejercicios correctamente".
Una de les zonas estrella del Wellness Club 33 es su zona de aguas, un entorno que invita a relajarse. Hay hamacas térmicas, una sauna finlandesa, duchas y una piscina con cascadas, chorros de presión y bancos de masajes. Todo el que quiera puede utilizar esta zona si paga 15 euros. No os penséis que se trata de una sauna gay donde la gente sólo busca sexo, pero evidentemente pasan cosas. "En Barcelona hay gente ligando en todos los gimnasios. Claro que aquí también hay quien aprovecha las circunstancias. Pero el protocolo está claro. Si vemos que alguien se anima demasiado y está instalado aquí, lo invitamos a irse a su habitación. Lo que está claro es que nadie se escandalizará por ver a dos chicos dándose un beso en el jacuzzi", nos explican.
En el Wellness Club 33 también hay dos cabinas donde se ofrecen masajes de todo tipo y tratamientos de belleza, para uno o en pareja. Hay productos muy originales, como un masaje a ocho manos. ¿Os imagináis a cuatro hombres tocándoos a la vez en un sitio que no sea la sauna Casanova? Aquí podréis disfrutar de este producto que, como os podéis imaginar, no es económico -cuesta 165 euros-, pero que entusiasma a todo el que lo prueba. Es un masaje atrevido y diferente que sólo encontraréis en este gimnasio-spa donde os podéis relajar, poner en forma y de vez en cuando llevaros alguna agradable sorpresa.