Se acaba el año, y como cada diciembre antes de cerrar el chiringuito toca hacer caja. Trabajo de chinos, hemos repasado, una por una, todas las películas que este 2014 se han llevado 5 estrellas, según el criterio de nuestros queridos críticos. Y así, puestas en fila india, nos ha parecido que faltaba algún título más. Quizá en alguna ocasión hemos sido un poco ratas, y hemos escatimado la última estrellita en algún título que merecía el completo. 'Errare humanum est', como se dice. Esta es nuestra lista definitiva, con un apéndice que, esperamos, nos ayudará a redimirnos.
![El lobo de Wall Street El lobo de Wall Street](https://media.timeout.com/images/101844311/750/562/image.jpg)
10 de cinco estrellas
No creo que nunca se haya hecho nada parecido. Ni siquiera Satyajit Ray en 'La trilogía de Apu'. Salgo de la sala con la sensación de haber vivido muchos años en una sola tarde, y sé que todo el mundo a mi alrededor lo ignora. Es como si me hubiera dejado absorber por uno de los algoritmos temporales de Marty McFly, y hubiera vuelto propulsado. Richard Linklater ha tardado doce años en rodar esta película. Doce años reducidos a tres horas. Tres horas, durante las cuales he visto como un niño crecía delante de mis narices. Un niño que hace nada iba a primaria y que ahora comienza la universidad.Linklater había hecho tanteos en una dirección similar. Dejó pasar dieciocho años entre 'Antes del amanecer' y 'Antes de medianoche', el tiempo en que aquellos dos jóvenes de veinte y pocos que se habían conocido en un tren con escala en Viena se convirtieron en un matrimonio maduro, con hijos y reproches históricos que ya deberían haber prescrito. (leer toda la crítica)
Permitidme empezar con una glosa lucreciana: la de unos cuerpos masculinos que hacen la siesta cerca de un pantano, una especie de lago de sirenas que han encontrado, después de un largo éxodo, las aguas de aquella piscina donde aparecía la joven ninfa de Shyamalan. Tritones con el sexo ventilado, como una lagartija tomando el sol, como un perro haciendo de alfombrilla en la plaza de un pueblo, relajado como el pollo desplomado que espera su turno en la carnicería, como una lubina en la lonja. Un espacio de promiscuidad bacanal, zona de 'cruising' homosexual en medio del bosque provenzal. Y permitidme seguir con estos incorruptibles ciénagas de mediodía, el hito edénico donde el tiempo no pasa, que poco a poco se transforman en fangosas tierras de marjal. En una región que parece afectada de paludismo, el estreno de la semana donde los cuerpos en flor de los machos se convierten en grises anguilas que ven caer la tarde. (leer toda la crítica)
Circulaba hace poco por la red una feroz, inmensa pieza del 'Saturday Night Live' sobre una hipotética película de terror de Wes Anderson. El trailer demostraba que difícilmente hay un cineasta contemporáneo más parodiable, y a la vez más singular, en su visión del mundo, encapsulada en una descomunal casa de muñecas que funciona como escenario, naif y sofisticado, del gran teatro de la vida. Si en sus inicios, el cine de Anderson parecía atrapado en una hermética burbuja, ‘El Gran Hotel Budapest’ ratifica, después de la deliciosa 'Moonrise Kingdom'... (leer toda la crítica)
La última de Christopher Nolan es una historia épica, espacial, con curvaturas temporales incluidas, que hace que el 'Gravity' de Alfonso Cuarón que admirábamos hace un año y pico ahora nos parezca poco más que un entremés para entretener el apetito mientras no llegaba el plato fuerte. Mucho más larga, extrema, extraña y, por supuesto, exigente, 'Interstellar' es una aventura cósmica con un toque surrealista, onírico, aunque nunca pierde de vista lo más tedioso del realismo. En realidad, las lecciones de astrofísica, con todas sus fórmulas, son poco más que una música de fondo. (leer toda la crítica)
¿Se puede hacer 'Inland empire' en clave de western patagónico? ¿Se puede sustituir la agitación cósmica de la obra maestra de Lynch por una serenidad perturbadora, que reenvía el mito del cine clásico -el de las películas en color de John Ford, modelo pictórico por la excelente fotografía de Timo Salminen- a las cavernas del futuro, donde la percepción se abisma y se abren las puertas de otra dimensión? Lo mejor que se puede decir de 'Jauja' es que es indescriptible.Podemos explicar que es la historia de un capitán danés que se pierde en el paisaje hermoso y hostil de un desierto argentino para recuperar a su hija desaparecida, pero esto reduciría su enigmática poesía a una montaña de cenizas. Sólo decir que quien crea que 'Interstellar' aclara en qué consiste un viaje en el tiempo, aún no ha visto lo que es capaz la 'Jauja' de Lisandro Alonso.
No sé si había visto jamás una película con tanta cocaína por fotograma. Depravada, excesiva y barroca, un descenso al infierno con todas las de la ley, con barra libre de fármacos, culos y sacas de dólares, donde la carne de langosta sirve, como el pan, para empujar la comida y nadie conoce el significado de la palabra "abuso". Martin Scorsese nos empalaga hasta las cejas. Sin movernos de la butaca nos convierte en náufragos cirróticos al límite de los sentidos, con dolor de hígado y de conciencia, perdidos entre opulencia y pastillas. Como DiCaprio - el gran DiCaprio–, que encarna la versión más exagerada del sueño americano: un corredor de bolsa venido a más, un tipo que se las sabe largas, que compensa a sus discípulos con orgías, confeti, monos sobre patines, enanos y prostitutas de todos los rangos –desde la alta gama hasta las que requieren un pinchazo de penicilina al día siguiente para que a nadie se le caiga el pene a trozos–. (leer toda la crítica)
Lars Von Trier ha hecho suya la famosa máxima de Godard –“una película es una chica y una pistola”– sin renunciar a filmar una singularísima obra-compendio, una ambiciosa y devastadora tesis doctoral sobre su trayectoria, que acumula citas explícitas (el portentoso inicio de Anticristo), autohomenajes y autoinmolaciones, siempre acompañadas de su lectura simbólica. Puede sonar autocomplaciente, pero no: enfadado con la hipocresía de la sociedad, Von Trier cree que la democracia es para los estúpidos, y dedica un film entero a demostrar que... (leer toda la crítica)
La historia de la ciencia-ficción distópica es, en cierto modo, la historia de la lucha de clases. Si, poniendo un ejemplo de manual, 'Metropolis' diseñaba la opresión de los poderosos hacia el proletariado como un sistema vertical, un émbolo gigantesco que condenaba a los trabajadores a las catacumbas de las horas extra, 'Rompenieves’ imagina una estructura social similar en clave horizontal. Es decir, el problema ya no es el peso que los pobres sienten sobre sus hombros, sino la distancia que los separa de los ricos. (leer toda la crítica)
Los documentales sobre música tienen el vicio de acomodarse en declaraciones de personajes más o menos ilustres y en una selección de material de archivo. Distanciándose completamente de esta estructura, Iain Forsyth y Jane Pollard abordan la figura de Nick Cave a partir de una pregunta fundamental: ¿cómo se puede filmar el universo creativo de un artista? La pareja de directores firma el guión del film junto con Cave, que se presenta como un aristócrata del rock que se sigue reflejándose en los mitos que marcaron su infancia... (leer toda la crítica)
¡Justicia! Las pelis de 4 estrellas que se merecen 5
El nuevo filme de Claire Denis es un viaje al fondo de las tinieblas emprendido por el capitán de barco Marco Silvestri (Vincent Lindon, un actor a reivindicar), que vuelve a tierra firme cuando se entera del suicidio de su cuñado. Decide vengar el dolor de su hermana investigando la figura de un rico empresario que habría provocado la muerte del cuñado. 'Los canallas' es un drama empapado de desazón y nihilismo moral que bebe del cine negro y la literatura de Faulkner. Denis lo sirve en una paleta de colores fríos y oscuros, y una aproximación tangencial al relato que puede dejar fuera a más de un espectador. Sin desprender la fascinación de las anteriores 'Beau travail' o '35 Rhums', el film encuentra sus mejores momentos en la enfermiza relación entre Lindon y el personaje de Chiara Mastroiani.
Este es un mundo delirante, un Jardín de las Delicias con incontinencia, donde hay cuatro escarabajos jugando al póquer, plantas carnívoras, y una versión animada de Michael Jackson está sirviendo filetes de langosta cortada a rodajas. Hemos entrado en el paraíso de los 'cartoons'. Somos como Bob Hoskins en '¿Quién engañó a Roger Rabbit?', vestido de detective de Cluedo entre fantasías vectoriales de todos los tiempos. Pero nosotros no hemos venido a divertirnos, sino a sufrir las consecuencias de una prisión ilusoria, una dimensión donde toda existencia es vaporosa e insustancial. Donde no hay lugar para la vida real.Ari Folman vuelve a la pesadilla rotoscópica, a los 26 perros carniceros de 'Vals con Bashir', fantasmas del infierno metálicos como tanques de guerra que ladraban reclamando venganza en nombre de los muertos de Sabra y Xatila. Esta vez renuncia a la dimensión histórica, a aquella expiación de culpa del hijo del Próximo Oriente. (leer toda la crítica)
Típico de Spike Jonze. El de los títeres de 'Cómo ser John Malkovich'. El de los robots de 'I’m here'. El que convirtió a su primera mujer, Sofia Coppola, en vedette de la gimnasia rítmica para un videoclip de los Chemical Brothers, 'Elektrobank' se llamaba la canción. Sólo él sería capaz de hacerle la puñeta a la mitad del planeta que está ansioso por disfrutar una vez más de la exuberancia de Scarlett Johansson de esta manera: poniéndola a interpretar un tipo de software del futuro, encadenándola a una máquina que, para más inri, tiene carcasa de MiniDisc –sí, ese aparato obsoleto con la que niños malcriados de hace diez años presumían a la hora del patio– y privándola de enseñar sus curvas. Mala leche. ¿Es una genialidad o una broma de mal gusto? Le tendríamos que preguntar a Joaquin Phoenix, el pobre palurdo que se ve forzado a enamorarse de este Hal 9000 con voz rota, grave, sensual, que no tiene cuerpo. (leer toda la crítica)
Sorprendente, carismática mezcla de 'thriller' geométrico e intriga existencial, 'Magical girl' es el segundo largometraje de Carlos Vermut tras 'Diamond flash', igualmente hipnótico y fascinante. El padre de una niña obsesionada con un personaje de manga, un antiguo profesor que ha estado en la cárcel y una mujer encerrada en los laberintos de su mente son los protagonistas del film, las vidas que se cruzarán en un relato con múltiples atajos e incontables desviaciones narrativas. Y todo esto se encuadra en una puesta en escena al mismo tiempo milimétrica y dinámica, un relato que atrapa al espectador en sucesivas redes de sentido que se pueden interpretar de maneras diferentes. El resultado es de una complejidad inalcanzable, y termina hablando del deseo y sus dualidades como si se tratara de un misterio metafísico en forma de novela policíaca. Una joya, en fin.
És difícil resistirse a un film con tantos alicientes como 'El Niño'. Monzón ha conseguido hacer un thriller de acción que combina el rigor documental –quien quiera entender en qué consiste el tráfico de drogas del estrecho de Gibraltar, tiene que verla– con la tensión dramática; ha pulido un diamante en bruto que se llama, recordadlo, Jesús Castro, un actor de una fotogenia increíble; ha demostrado que es ducho en la dirección de actores y en el acercamiento naturalista a gestos y acentos; con la ayuda de Jorge Guerricaechevarría, ha trabajado la historia de dos amistades masculinas a un lado y otro de la ley sin simetrías forzadas; ha rodado las escenas de persecución acuática como nunca se ha hecho en España, y, en fin, ha certificado que lo que ya representaba 'Celda 211', un cine comercial español hecho con cuidado y talento todavía es posible.
" Le viento se lève ... il faut intento de vivre ". Además de dar nombre al último film de Hayao Miyazaki, estos versos de Paul Valéry se convierten en una especie de código compartido por sus personajes, espíritus elevados que quedan atrapados en circunstancias adversas. Así es como Miyazaki ve (y dibuja) a Jiro Horikoshi, ingeniero aeronáutico responsable de la creación de algunos de los aviones más letales que combatieron contra las Fuerzas Aliadas en la Segunda Guerra Mundial. A ojos del director, Horikoshi representa una criatura trágica, que ve como su deseo de crear aparatos voladores se carga de bombas y no de pasajeros.La comprensión y la empatía que 'El viento se levanta' muestra hacia su protagonista introduce una ambigüedad moral que ha despertado las iras de aquellos que ven el filme como la glorificación de una figura cercana a los regímenes fascistas. (leer toda la crítica)
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