No sabemos si es verdad o leyenda, pero se dice que Alfred Hitchcock detestaba con furia goda esos simpáticos cameos que tanto revuelo despertaban en las salas de cine. "¡Eh, ahí está!", debían de decir los más perspicaces de la platea cuando lo veían asomando las narcies por el borde de la pantalla. Y entonces, se cuenta, a Hitchcock se le subían los colores. ¿Sería cierto que llevaba el asunto con tanta vergüenza?
La verdad sea dicha, todas esas míticas apariciones tienen un punto de entrañable ridículo. En 'Con la muerte en los talones' un autobús le cerró las puertas en los morros. En 'Cortina rasgada' se le meó un bebé encima, mientras esperaba en el hall de un hotel. Fue en 'Extraños en un tren' donde lo vimos apearse del expreso con un contrabajo a cuestas que, para asombro de todos, abultaba menos que su barriga. En 'Los pájaros' paseaba dos caniches blancos repulsivos, los perros de su esposa Alma. Y en 'Náufragos', nuestro favorito, era el modelo gordo de un anuncio de pérdida de peso, tipo 'antes-y-después'.
Hay muchas más en la lista. Para este mes de marzo, el Phenomena ha programada en los Cines Comèdia un ciclo Hitchcock para caerse de culo, lo que os da la oportunidad de ver sus mejores películas en pantalla grande. Y también os da la oportunidad de convertiros en ese espectador audaz que se levantaba de un salto de la butaca y, con un dedo acusador, se pavoneaba de haber sido el primero en descubrirlo. ¿Preparados?