Un tiro certero es la Fàbrica Moritz Barcelona, bastión de la salchicha kraut en Barcelona. Allí, Jordi Vilà me informa que la mala fama del frankfurt es justa: "Es un producto tan procesado y de restos que es muy fácil ser un pirata". Y todavía más: entran emulsionantes y cosas con números "en cantidades tan bestias, que lo peor del frankfrut siempre será más agradable al gusto que el jamón más horroroso". Eso sí, nada que ver con las que os ponen ellos ante los ojos, traídas directamente de un carnicería de Düsseldorf.
Calidad alemana
Cada semana las importan, hechas por un artesano de Düsseldorf. Son salchichas con baja fecha de caducidad, de primera: maravillas como una weissürstchen con hierbas y limón, un mundo a parte. Opción acertada: pedir un plato de salchichas centroeuropeas.
El jardín de la Merkel
En las mismas coordenadas se mueven las salchichas del Biergarten, importadas de Baviera. Este jardín alemán, en el hotel Princesa Sofia, estará abierto hasta el 30 de noviembre y es una forma singular de comer en un cinco estrellas a precios populares.
En la terraza de este cinco estrellas se puede comer a precio asequible salchichas frescas, recién llegadas de Baviera: delicias como una debrecziner, suave mezcla de carne de cerdo y ternera. Todas van con chucrut y ensalada de patata. La inefable vestimenta tirolesa de los camareros, amenizada con música tradicional los domingos, es otro de sus atractivos.
'Fast food' de aquí
Como populares son los precios de Butipà, una butigueta -ellos la llaman así- embutida en una esquina del Raval. Carles Basté, cocinero que dejó restaurante para abrir tiendecitas, presume de la calidad de un 'fast-food' catalán que empezó como food truck -la Butiwagen-, y ahora abre la primera tienda. En definitiva, son bocadillos de butifarra de primera calidad, en las que el producto llega en un 90 % precocinado y se acaba con un golpe de plancha. Deliciosas, recomendables y muy económicas. ¡El cochinillo de Osona le planta cara a los cerdos alemanes!
La clave es la combinación de una buena butifarra de cerdo de Osona, hecha a Barcelona con muchos sabores -de setas, con especias, con sanfaina- con un pan de mollete esponjoso pero consistente, en las antípodas del chicle de pan de frankfurt y una salsa casera.
Perros muy calientes
Pero si alguien puede sacar pecho como pionero del hot-dog en Barcelona es, sin duda, The Dog is Hot. Después de cinco años de éxito en Joaquín Costa, y ser la salchicha 'cool' por excelencia, han abierto un local nuevo en la plaza del Diamant. Y están preparando un plan de negocio para vender franquicias por toda España. Dácil Hernández, una de los dos socios, me explica que "el secreto es una salchicha estilo alemán más suave, con un sabor más neutro para que armonice con todos los ingredientes".
Han sabido hacer retroceder el gusto potente de la salchicha para que combine con una lista de ingredientes larguísima: tomate seco, ricotta, rúcula, puré de patatas, por ejemplo. Y la salchicha va en un panecillo artesano hecho a medida. Os podéis inventar vuestro 'hot-dog', pero ellos recomiendan el de cebolla, patatas paja y queso fundido.
La butifarra viajera
El verano ya está muerto y enterrado, pero hasta finales de noviembre están abiertos los chiringuitos de la playa de Carles Abellán, La Guingueta. En la arena, ha arraigado el concepto de 'hot-dog' catalán: una butifarra de Casals (Sagàs), que viaja por el mundo mediante recetas peruanas, coreanas, alemanas... Abellán explica que "la idea de una butifarra catalana viajera" está inspirada por un plato de pizza del Comerç 24, en el que cada porción era un viaje, y que ha funcionado muy bien. Tanto, que "le ha pedido un camión a los Reyes": en febrero tendrá rodando un 'food-truck' (camión de venta de comida itinerante, la próxima moda gastro, vaticinamos).
Una butifarra catalana viaja por el mundo a base de seis recetas de las de "ensuciarse las manos con la guarnición, es comida marrana pero porque te caen en las manos", dice Abellán. La buti peruana, una genialidad donde la salsa huancaína se confunde con mostaza y estalla con lima y ají amarillo, es adictiva.