Detrás de unas letras pintadas en un rótulo de madera, hay un local que engaña. Can Brigantes va disfrazado de bar de barrio, mosaico humilde, mesas de formica y barra de conglomerado, pero aquí no conocen el sabor de una croqueta congelada.
Una mirada a los estantes de Can Brigantes cuál es la obsesión del local: la cerveza artesana. Ninguna pizarra nos puede avisar de lo que encontraremos dentro, por eso todavía hace más ilusión descubrirlo. Alessio y Adriano, una pareja de napolitanos, quisieron montar una cervecería artesana para servir botellas de su propia cerveza, la Chatarra, una pilsner, y también para ofrecer otras, catalanas y de otras partes del mundo, que van cambiando. Son unos enamorados de las IPA, las indian pale ale, cervezas tostadas con bastante lúpulo, y ofrecen una buena selección de ellas.
Aviso a vuestros estómagos y bolsillos: Can Brigantes es uno de los pocos lugares de Barcelona donde podréis beber cerveza artesana a precio decente. Que no se ofenda nadie, pero hay copas que no las puede pagar todo el mundo. Y el beber se lo toman tan en serio que la clara la hacen con cerveza artesana y limonada natural. ¡La buena birra no se mezcla con cualquier cosa!
Para hacer cojín
El hecho de acompañar las cervezas con buenas tapas de inspiración italiana llegó de forma natural. Adriano había trabajado de cocinero durante años y, ya que estaba puesto, debía aprovecharse la sabiduría de este hombre en los fogones. Desde el principio, cualquiera que pida una caña en Can Brigantes será obsequiado con una tapa gratis.
Sin embargo, si el amargor del lúpulo os ha abierto el apetito, la lista de tapas es generosa. Además de recetas clásicas como las bravas, hechas al momento, en la carta encontraréis siempre los ya famosos canelones de bacalao, la mozzarella brigante, lo que se conoce en Italia como la mozzarella in carrozza, es decir, rebozada con pan de molde, y las montanara, una especie de pizza que en vez de ir al horno, se fríe.
Incluso el provolone caliente, del que tanto se ha abusado en los restaurantes, en Can Brigantes va acompañado de un picadillo de pimiento y cebolla, que le da un sabor muy refrescante.
Justo delante del mercado de Hostafrancs, en una calle pequeña peatonal, por la noche da gusto sentarse en su terraza. Los brigantes eran unos bandoleros italianos del siglo XIX que luchaban contra la unidad de Italia. En el siglo XXI, hay un par que todavía roban corazones cerca de la carretera de Sants.