Bodega d'en rafel
Foto: Iván Moreno
Foto: Iván Moreno

21 bares míticos de Barcelona

Los templos de la ciudad con barra, mesas, bebida y buen rollo

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Son como tu casa, el lugar en el que vivirías si no tuvieran un horario: los bares de culto de Barcelona son una especie en peligro de extinción y desde aquí no podemos hacer más que reivindicarlos. Visitad alguno de estos 21 bares míticos de la ciudad e impregnaos de su ambiente donde brota el buen beber y la bondad, seguro que estaréis tan a gusto que volveréis.

Calentando el hígado

Cervantes
Cervantes

Primero de todo: coger fuerzas. Caña fría y comida que se sirve rápido. No imagino ningún otro bar que no sea el Cervantes, una leyenda del Gòtic que sirve el mejor bocadillo de tortilla de queso que he probado en mi vida. Trato familiar, mobiliario antiguo y clientela fija: también se llama familia.

  • Española
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
El Bar de l'Antic Teatre
El Bar de l'Antic Teatre

Escondido en los alrededores del Palau de la Música, el bar del Antic Teatre parece una buena opción para empezar. Una declaración de principios. En Barcelona no hay nada que se le parezca. Integrado en el espacio escénico que le da nombre (que, por cierto, financia las actividades artísticas con el dinero del bar), este oasis interurbano os ganará con su atmósfera de buen rollo extremo, pero os convertirá en adictos a su terraza... ¡Qué digo, terraza! Con el increíble y gigantesco patio interior lleno de vegetación que acoge a los visitantes. Un orgasmo para los amantes del aire libre en el centro nervioso de Barcelona.

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  • Cervecerías
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
Ale&Hop
Ale&Hop

También podréis disfrutar de un poco de aire libre en Ale & Hop, una cervecería 'indie' ubicada en el colon del Born. Diez surtidores de cerveza artesanal y una carta de tapas vegetarianas para hacer cojín; la clientela de este bar de aroma hipster no necesita nada más para disfrutar de la vida. Es un lugar tan especial y tiene una atmósfera tan nutritiva para el alma -sobre todo si os colocáis al lado del ventanal abierto y os regaláis una rubia al sol- que si me preguntáis, os diré que no es sólo una buena cervecería: es la cervecería.

Viaje alucinante al fondo de la noche

  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
La Lola
La Lola

La hora de los auténticos. Una buena ducha de personalidad antes de cenar siempre es necesaria. Por eso, Lalola es una visita obligada para los exploradores más picajosos y modernos del Born inhóspito. Es un bar espartano con excedentes de personalidad que saca su carácter cuando organiza conciertos acústicos (los de flamenco lo petan y llena las mesas de un público joven y alternativo)

  • Qué hacer
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Nus
El Nus

Si ya sois mayorcitos y lo que queréis es Born sin adulterar, a la antigua, el Nus os hará masticar la esencia del barrio con una atmosfera incorrupta desde hace treinta años y unas cañas tiradas con muñeca veterana. No ha sido envenenado por el 'Born Parque Temático'.

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  • Coctelerías
  • Ciutat Vella
  • precio 1 de 4
Mudanzas
Mudanzas

Este local tampoco ha sido envenenado por el ‘Born Parque Temático’ y aguanta firme. Otro acorazado de barrio que se niega a cambiar sus baldosas blancas y negras, su barra de mármol y su punto de bar antiguo: un insecticida infalible para guiris que sus fieles adoran con una embriagadora mezcla de pasión y nostalgia.

Time Line
Time Line

La hora de los psiconautas. Noche cerrada. Para abrir el hígado, recomiendo una ingesta de mojitos en una especie de casa de campo victoriana de madera y mobiliario antiguo que se hace llamar Time Line. Es uno de los bares más curiosos de Gràcia: os beberéis un mojito delicioso en bote de vidrio reciclado, con proyecciones de cine en blanco y negro de fondo y en un espacio en penumbra donde, como su nombre indica, hace tiempo que se paró el tiempo. Ahora sí, valido la T-50 en Fontana y a sufrir: toca bajar a los infiernos.

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  • La Barceloneta
Absenta Bar
Absenta Bar

En el intestino grueso de la Barceloneta sobrevive el Absenta, un submarino enfermizo de bohemia clandestina donde flotan en gravedad cero muebles victorianos, lámparas psicodélicas, objetos inquietantes y mucha, muchísima absenta. Una especie de Stonehenge cerca del mar que mantiene viva la llama de la Barceloneta más alucinógena y siniestra.

Can Ferraiuolo
Can Ferraiuolo
Es un lugar ideal (o no) para una visita en estado de conciencia mercurial. Está en Sant Gervasi pero podría estar ubicado en el planeta Melmac. El bar está lleno de toneladas de recuerdos frikis: muñecos, caretas, posters, monstruos, no hay un solo rincón que no esté habitado por alguna aberración de plástico. La mejor terapia de shock para luchar contra la claustrofobia.
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  • Música
  • El Gòtic
La Concha
La Concha

Un laberinto rojizo que vive fuera del espacio tiempo en el Raval más profundo, alimentando la parroquia con una mezcla de dos imposibles: alma morisca -tienen un batallón de pipas de agua- y una pasión inescrutable por Sara Montiel. De hecho, el bar es un panteón que honra la memoria de la manchega que tanto fumaba mientras esperaba Dios sabe a quién. La parroquia y la atmósfera parecen sacadas de una versión marroquí de 'Twin peaks' rodada en una dimensión paralela. Un bar de barrio, sí, pero de un barrio de una galaxia muy, muy lejana.

Nostalgia para modernos

  • El Poble-sec
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Sin los bares el rock'n'roll sería aburrido y sin el rock'n'roll los bares serían whiskerías. Después de la inmersión psicodélica, toca volver a la realidad a base de chupitos y riffs de Misfits. El Psycho sabe mucho de esto. Tanto que se ha convertido en el tugurio rock de referencia del Poble-sec y seguramente de toda Barcelona. La fórmula es sencilla: pelos de la axila de Lemmy, aliento de Slash, uñas de Vince Neil y removed hasta que salga humo.

  • Música
  • Gràcia
Musical Maria
Musical Maria

El mismo humo de autenticidad que exhalan los conductos de ventilación del Musical Maria, el islote roquero más exquisito de Gràcia. Este es un bar para 'connaisseurs', melómanos que han formado una gran familia y se mean de risa en los ya míticos Trivia Quiz de la casa.

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  • Música
  • Les Corts
Barbara Ann
Barbara Ann

Reducto retro en Les Corts, abonado desde finales de los 80 a los ritmos de los 60-70: una batidora 100% genuina de northern soul, funk, boogaloo, garage y rockabilly. De lo más auténtico. Es un templo cool sin querer serlo, y eso es lo que lo hace en parte tan especial. Los pocos mods que quedan en Barcelona peregrinan como si regalaran jerséis Ben Sherman con la consumición.

  • Locales de noche
  • Sant Antoni
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bar Olimpia
Bar Olimpia

El Olimpia es uno de los ejemplos más claros de “bar antiguo recuperado para un público modernillo”, un fenómeno que está triunfando en la noche barcelonesa (y que también podríamos hacer extensible al casi homónimo Olímpic del Raval). Barra antigua de hierro, letras circenses con el nombre del local, mobiliario reciclado escogido con gusto y una carta de cócteles de lo más eficaz. Senectud y modernidad condensadas en un paraíso retro lleno de barbas y bigotes 2.0 que pide a gritos el título de mejor bar de Sant Antoni.

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  • Música
  • Gràcia
Vinil()
Vinil()

La misma nostalgia renovada que ha atrapado a una nueva generación de barceloneses, hartos por la sobredosis de diseño y las decoraciones vacías es la que supura el Vinilo, un foco revolucionario contra la dictadura del CD y el MP3. El Bar en mayúsculas de Gràcia. Santuario para yonquis del cric-cric que hacen el plástico y la aguja. En penumbra. Mágico. Con madera crepitante y una exquisita banda sonora de pop-rock atemporal digna de una novela de Nick Hornby.

  • Música
  • Ciutat Vella
LP Bar
LP Bar

Por cierto, en el Gòtic también hay una barra para devoradores de plástico vintage. El nombre del local lo dice todo, LP Bar, y es un viaje psicodélico al tiempo del funk, de las soul divas, de la Motown y las patillas palpitantes. La decoración, cargada de reminiscencias de los 60-70, y las paredes, infestadas de rodajas de vinilo, contribuyen a crear un clima retro 100% auténtico, 100% único en el Gòtic.

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  • Música
  • Gràcia
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Sonotek
Sonotek

Si no habéis apaciguado el hambre de casetes y nostalgia 80, en la parte alta de Gràcia está el Sonotek, bareto de culto que tiene como cebo estético una pared forrada con cintas viejas detrás de la barra. De hecho, el local es un mausoleo de la cultura pop más friki y nostálgica. Cócteles y tapas de notable alto dan lustre a un bar sin émulo en el barrio que es Viagra pura para fans de Quentin Tarantino, Charles Burns y Joan Capri.

  • El Raval
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Cassette Bar
Cassette Bar

Parece una broma, pero no lo es, pasamos del vinilo al casete, un icono de los 80 que sirve a este bar como reclamo para congregar a la fauna más cool de Ciutat Vella, hartarla la de gin-tonics de primera y hacerla bailar con música y DJ de calidad (predominio de electrónica y pop). ¿Parada obligatoria antes de ir al Apolo? Pregunta retórica.

Tabernas a prueba de modernos

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

La Bodega d’en Rafel es una trinchera de baldosa antigua, madera ennegrecida y barriles ancestrales que observa con parsimonia el curioso desfile de gafas de pasta, jubilados de Sant Antoni y oficinistas en huida temporal. Dejaos querer por Rafa, uno de los mejores camareros de la ciudad, y tomad nota del combo: caña congelada (o copa de cava, según Rafel se lo piden a las 11 h de la mañana), tortilla con pan con tomate, croquetas frías y Kleenex para cuando se os caigan las lágrimas.

  • Sants - Montjuïc
Bodega Montferry
Bodega Montferry

En la Bodega Montferry se podría aplicar la misma lluvia de epítetos, pero con el mérito añadido de que no se encuentra en el barrio de moda. Sin embargo, en Sants, este fósil recuperado es una iglesia donde se comulga con bocadillos creativos acojonantes (fricandó, bacalao, ¡la gloria!), croquetas imposibles, vermut de fanfarria, cañas interdimensionales y clientela de proximidad, familiar. Tan familiar que os sentiréis como extraños cuando volváis a casa.

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  • Bodegas
  • Gràcia
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bar Bodega Quimet
Bar Bodega Quimet

La Bodega Quimet de Gràcia también transmite una sensación de pertenencia y una renovada euforia de barrio. Reducto deliciosamente deteriorado donde la edad de los clientes es inversamente proporcional a la del veteranísimo local. Aquí la atmosfera se caldea por la tarde, tienen vino a granel, sirven las mejores anchoas del barrio y si acercáis la oreja a los barriles, escucharéis la voz Gràcia cuando era Gràcia.

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