Este es un bar de visita obligada para quien quiere comer una buena tortilla: Miguel Puchol en 2015 cogió un local de barrio tradicional -una charcutería con bar, especializada en desayunos y tortillas que había abierto a finales de los 50- y le dio un nuevo empuje (aunque los bocadillos buenos y las tortillas rebuenas ya estaban hacia el 2005, doy fe).
Encontraréis tortillas definitivas y definitorias, como por ejemplo una barbaridad de chorizo -con un sofrito del embutido añadido a la tortilla- de verduras, de jamón del bueno, de trufa ... Y también unos bocadillos de gama alta, así como platos caseros de asador, como macarrones o albóndigas, hechos de manera impecable y con mano de alta cocina.