Los mejores cruasanes de Barcelona

Sus croissants son un punto y aparte: tienen en su poder el título del Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de 2016, de 2019 i de 2022. Son excelentes en los parámetros clásicos: una forma del todo regular, con un amontonamiento de capas de hojaldre finísimas, y un alveolado interior que lo convierte en un beso de mantequilla etéreo. Golosos, su croissant de chocolate también es de los que tienen club de fans. Y ojo a sus sabores. De manzana, de avellana, de frambuesa, de 'lemon pie', de pistacho y de chocolate blanco! Para tener a todo el mundo contento, puedes comprar un variado. 

En junio de 2020 especialistas de altos vuelos -la Pastelería Canal y cafés El Magnífico y la agencia LKC- reabrieron la Brunells, un clásico de mediados del siglo XIX. De la mejor manera posible: haciéndole un lifting y manteniendo la línea artesanal de la casa con recursos del siglo XXI.

Y la verdad es que el trabajo bien hecho tiene recompensa. El pastelero y panadero Andreu Sayó año mereció el premio al Mejor Croissant de Mantequilla de España en 2020 y 2024. Y Brunells siempre hace colecciones de temporada: su colección de otoño incluye sabores tan acertados como un croissant con sabor a pastel de manzana vienés –con manzana al horno y crema pastelera– ¡y el regreso de su fabuloso croissant de boniato!

Esta escuela de pastelería con degustación combina la creatividad y capacidad docente del chef Eric Ortuño -quien había sido chef pastelero de la escuela Hofmann-, con la visión empresarial de la también chef Ximena Pastor, ex-jefa de pastelería de Albert Adrià. Tiene una personalidad propia arrolladora, y eso lo aplican a los cruasanes.

El 2021 decidieron aplicar el formato de cono a la pieza reina de la bollería. El resultado son maravillas hojaldradas con forma de helado y sabor de cruasán, con sabores como mascarpone, lemon pie o pistacho. Y en verano rellenan el cono con praliné de avellana, helado de vainilla, caramelo salado y galleta Reus de chocolate. 

Hablar de cruasanes con el Sr. Madern, primo de J.V. Foix, es repasar la historia de esta pasta aquí. Desde los años 40 del siglo pasado hasta casi finales de los 70, la mantequilla sólo se podía conseguir de contrabando y, claro, había que racionarla. Así que se inventaron un cruasán de mantequilla y de manteca. Cuando se acabó el racionamiento, recuperaron el de mantequilla, pero los clientes siguieron pidiendo este híbrido gustoso, que evita que la manteca se te enganche al paladar y te atragantes. Ahora bien, el de mantequilla del Foix es una reliquia hojaldrada y delicada de icónica mística. Eso sí, han modernizado su producción: también los hornean con chocolate, crema de avellanas y de almendras. 

Sin duda, no descubrimos la sopa de ajo cuando decimos que el cruasán de este tótem de la cocina dulce es uno de los mejores de Barcelona: ya fue escogido como el mejor cruasán de mantequilla artesano de España en 2010. Pero siempre hay reconocer que aquí se toman los cuernos muy en serio y al mismo tiempo aplican fantasía. En su enclave del Born encontraréis cruasanes de mango, mascarpone, cheesecake, de pastel de Sacher... Y uno de chocolate muy original: en vez de ser un chocolate duro, como en la mayoría de casos, optan por una crema de chocolate líquido que te inunda la boca.

J. M. Rodríguez Guerola advierte de que su guerra no es la bollería sino los pasteles. Pero, ¡qué caramba!, si eres campeón del mundo de pastelería, debes mantener una reputación. "Ligero, crujiente, no muy dulce y con una relación calidad-precio razonable", así debe ser el cornudo, dice. El suyo de mantequilla, excelso, lo cumple, pero Guerola deja volar la imaginación en barbaridades como el de crema catalana quemada, bañado en almíbar de canela y piel de limón. Por favor, con el cruasán de capuccino, cremoso de café y chocolate, no os pidáis un café con leche.

Fantástica pastelería de autor, donde Albert Badia deja vía libre a su creatividad. Su croissant de chocolate, de potente chocolate negro al tiempo que con un finísimo alveolado de mantequilla, es quizás el mejor que he probado nunca. Roca ha convertido la pastelería madre, Badia Roca, en San Croi, y el cambio ha servido para ensanchar la oferta del espacio –zumos, bocadillos– pero el espíritu es el mismo: innovación con un pie en la tradición. Mejor cruasán de mantequilla de 2009 según su gremio, y el tipo repitió premio en 2018. Es el Jimi Hendrix del cruasán, sin duda. 

No es ningún secreto que algunos de los mejores cruasanes de Barcelona se encuentran en el Ochiai. Dicen que los japoneses tienen una mano innegable para la imitación técnica, pero es del todo injusto aplicarles esto. Aparte de un cruasán de mantequilla irreprochable (premiado en 2013), el señor Takashi ha desarrollado una línea propia personalísima: tenéis que probar su cruasán de té verde, pero sobre todo el relleno de mango, una delicadeza que sólo hacen por encargo y que en el momento bandeja de cumpleaños en la redacción es la pieza más codiciada. Ahora bien, si sois madrugadores, cada día ponen... uno, a la venta.

El discípulo dulce de Ferran Adrià tiene tiendas en Madrid y Japón, y distribuye también en Europa, Australia y Asia. Pone a la venta aquí los inventos que le pasan cada año por la cabeza: ya sea la baldosa Barcelona de chocolate negro o polos de alta gastronomía. El croissant no es ninguna excepción: ganó el concurso del Mejor Croissant del Gremio de Pastelería en 2014, y son una categoría en sí mismos: delicados, alveolados, y aún así consistentes. Y encontraréis a menudo golosinas imposibles de rechazar, como por ejemplo... ¡croissants con crema pastelera quemada!

Fueron pioneros en la ciudad en elaborar cruasanes de mantequilla, una de sus piezas estrella, de la que se venden 50.000 unidades al año sólo en dos tiendas. Los hacen normales y de chocolate negro y ahora hacer de chocolate blanco, por petición de los críos. La historia de su cruasán es bonita: El padre del Christian, el gran innovador del chocolate Antoni Escribà, fue a estudiar pastelería en Francia y se enamoró de la hija del maestro. Ella le dijo: "Si no consigues hacer unos croissants tan buenos como los de mi país, no vengo contigo en Barcelona". Y 'se non è vero, è ben trovato'.