Uno de los imprescindibles del Poble-secabierto en los último años es este bar de cocina andaluza revisitada que tiene, entre otros platos de gran nivel, unas sardinas marinadas con aroma de jengibre y naranja, aliñadas con un toque de pimienta rosa. Es un plato sabroso y original, que refleja muy bien el espíritu de un local encantador, con aspecto de taberna moderna, y de una carta basada en la cocina tradicional pero sin ningún miedo a redefinirla cuando hace falta. Es el caso de unpulpo a la brasa sobre hummus de Santa Pau y de los calamarcitos sobre tocino confitado y crema Parmentier trufada, entre otros platos.
Afiliaros al movimiento que reivindica para el pequeño pescado azul la veneración gastronómica que se merece. No importa que sea temporada o no, hay templos en la ciudad que la preparan todo el año con resultados espectaculares. Ya podéis empezar a salivar.