10 paellas espectaculares de la Barceloneta

Un capítulo obligatorio en el libro de los arroces de Cataluña y los restaurantes de Barcelona. La calidad de su arroz parellada (paella mixta sin huesos ni cáscaras) hermana familias barcelonesas acomodadas y japoneses. Quien fuera chef de esta casa, el erudito Josep Lladonosa –autor de muhcos libros sobre la tradición catalana– dejó fijado un arquetipo de arroz que en Barcelona és el ideal platónico de lo que debe ser una paella.

No desconfiéis de su estética sencilla; aquí hacen uno de los mejores arroces de la Barceloneta, en el punto. Ahora bien: la marca y el sofrito es potente, esto no es un arroz soso para contentar a los turistas.

Inaugurado en 1903, esta institución de la Barceloneta ha hecho feliz a los estómagos de diversas generaciones de barceloneses, entre las cuales está la del gran Manuel Vázquez Montalbán. Sus arroces caldosos son míticos, como el de patas de cangrejo rojo real noruego. El precio también es de los que no se olvidan fácilmente.

Surgido de la órbita de Ferran Adrià, Marc Singla ha puesto todo su saber culinario al servicio de La Mar Salada. Aquí prepara desde arroces marineros canónicos hasta arroces de montaña hechos con los productos que dicta la estación. Uno de sus clásicos es el arroz de montaña con pichón, todo un clásico sustancioso. También convienen no perderos sus bombas y sus excelentes postres: Albert Enrich, uno de los propietarios, estuvo ejerciendo con Oriol Balaguer, rey del chocolate.

Buen ejemplo de cómo el típico restaurante marinero ha sabido renovarse sin perder su razón de ser. Continúan sirviendo arroces y cocina marinera, pero dan un toque moderno y refrescante que consigue hacernos salivar cuando aún inspeccionamos la carta. Platos entre la tradición y la modernidad que se basan en el producto fresco y de temporada, ya sean de mar o de la tierra. Grabado en nuestra memoria tenemos el arroz de butifarra negra y erizos ... Y la terraza junto a la arena ... Ay!

Nacido en 1957 y padre del Nou Ramonet, La Fresca y La Vinoteca, Can Ramonet sigue siendo la taberna insignia del grupo. Es la casa de los buenos arroces de toda la vida pero con un aire modernizado. La carta se mantiene a la altura, donde encontraréis éxitos de siempre como el arroz negro y la fideuá. Una de las nuevas propuestas es un sabroso y meloso arroz de rabo de buey con la atrevida intervención de mejillones, una apuesta arriesgada de óptimos resultados. Recordando la Barceloneta más marinera y popular, comeréis clásicos como callos con garbanzos o caracoles guisados: las recetas de la abuela Ramona. El menú diario, que es asequible, tiene una propuesta quizás algo más atrevida pero que se corresponde con el barrio marinero.

El Barraca es un restaurante de arroces de toda la vida, pero con una ejecución de cocina moderna y gurmet, donde se pueden encontrar unas seis especialidades arroceras muy afinadas: sobresale un excelente arroz con alcachofas, sepia, salchichas picantones (seco, ligero, muy sabroso) o una más contundente paella de arroz bomba con pescado de lonja, pasando por una cazuela de arroz negro.Y sobre todo la gente pide el arroz con pulpo y el arroz vegano, dos de las especialidades más destacadas de la casa. Para empezar, entrantes clásicos de la Barceloneta: croquetas, buñuelos de bacalao y buenas cáscaras. Las vistas al mar y al Paseo Marítimo son impresionantes, y la mayor parte de los productos utilizados son ecológicos y de proximidad, filosofía de la casa.

Ansiosos de arroz de calidad bien de precio, este también es vuestro sitio. Defensores del arroz para uno, también. A menudo lo encontraréis en el menú de mediodía sin que se tenga que compartir por imperativo legal como ocurre en muchas cartas (¿tanto cuesta hacer un arroz para un comensal?). De bogavante o capipota y langostinos, con gusto y distinción de textura del grano, ¡sublimes! La experiencia es un grado, dicen. Al mediodía, tienen un menú arregladito con platos muy redondos de pescado fresco que buscan cada día en la lonja que tienen a cuatro pasos.

No todo el mundo ha dejado caer la exigencia del punto del arroz pensando que el pie de playa ya es garantía de llenar todas las mesas. En el Salamanca la devoción por la buena paella es tan sagrada como la impecable vista al mar de su terraza.

Con terraza frente al mar, más que una carta tiene una enciclopedia de cocina marinera: arroz a la cazuela, fideuá, paella, caldereta de bogavante, arroz a banda o con bacalao, 'suquet', zarzuela, mariscada, parrillada de pescado... Incluso una sopa bullabesa.