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Las 50 mejores películas catalanas de todos los tiempos

Una selección de 50 películas fundamentales de la historia del cine catalán: desde los orígenes hasta la actualidad

Àlex Montoya
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Ya nadie mantiene que el catalán es un cine acomplejado, pero, por si alguien tiene todavía alguna duda, en Time Out Barcelona estamos dispuestos a demostrar que ha habido buenas pelis catalanas desde mucho antes de que Carla Simón ganara el Oso de Oro en Berlín y que los sueños de un robot llegaran a los Oscar, antes de que Albert Serra conquistara la crítica francesa y que Agustí Villaronga se llevara nueve premios Goya con 'Pa negre', antes de que se celebrara la primera gala de los Gaudí e, incluso, desde antes de que J.A. Bayona se matriculara en el ESCAC.

Hay que recordar a aquellos pioneros que, hace más de un siglo, hicieron de Barcelona el centro de producción de ese nuevo juguete inventado por los Lumière: Fructuós Gelabert ('Pelea en un café', considerada la primera ficción del cine español y catalán) y Segundo de Chomón ('El heredero de ca'n Pruna') eran los nombres líderes, sin olvidarnos de los hermanos Ramón y Ricardo de Baños (autores de 'Don Juan Tenorio' y, también, fundadores de Royal Films, la productora que surtía de pornografía al rey Alfonso XIII) y de Domènec Pruna, que filmó 'El Cafè de la Marina', considerada la primera película en catalán.

Desde entonces, el cine catalán ha superado las prohibiciones y boicots del franquismo, ha vivido brotes verdes industriales (con las incontables producciones de Ignacio F. Iquino y los westerns en Esplugues City de los hermanos Balcázar) y ha gozado de movimientos tan renovadores como los de la vanguardista Escuela de Barcelona y el del reciente boom de magníficas mujeres directoras. Por todo ello, hemos elaborado una lista con los 50 mejores títulos de nuestra cinematografía, con la única premisa de no repetir director. Quizás podréis discutir cómo las hemos ordenado, y alguien echará de menos algún título, pero podemos asegurar que en nuestro listado no sobra ninguno.

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El top 50 del cine catalán ​

50. Shirley Temple Story

Antoni Padrós (1976)

Con una obra subversiva, irónica e iconoclasta, emparentada en el underground estadounidense, Antoni Padrós es el más punk de nuestros cineastas, una figura singular, un anarquista con tendencia al surrealismo y con una imaginación volcánica. Sus películas, siempre en los márgenes, son un desafío para el espectador que se atreve. Y de entre títulos como 'Lock-out' y 'El hombre preciso', nos quedamos con 'Shirley Temple Story' para reventar sin contemplaciones los mitos de Hollywood, utilizando una premisa bien loca: la mítica niña prodigio de los años 30 viaja a Ciudad Esmeralda para entrevistarse con el mago de Oz y reclamarle el papel de Dorothy que le dieron a Judy Garland. Una marcianada de un creador único.

49. Barcelona, nit d'estiu

Dani de la Orden (2013)

Aquí somos tan fans de Richard Curtis como Dani de la Orden, quien, con 24 años, firmaba su primera peli, llena de homenajes y guiños a las comedias románticas de siempre, haciendo su propio 'Love actually'. Historias cruzadas marcadas por el amor y el desamor, con finales más o menos felices, en un largometraje con ángel que mezcla costumbrismo, naturalidad, romanticismo, espontaneidad y aprecio al género. Poco después, De la Orden rodó una secuela ('Barcelona, nit d'hivern') y, con once filmes dirigidos en once años, no ha dejado de aspirar a ser nuestro más prolífico cineasta.

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48. Las aventuras de Tadeo Jones

​Enrique Gato (2012)

Es importante reivindicar el trabajo bien hecho. Y si una producción catalana animada es capaz de plantar cara, hablando de recaudaciones en taquilla, a los grandes monstruos estadounidenses, ¡valorémoslo! Las tres partes de las aventuras de este tipo de Indiana Jones por accidente han hecho viajar al personaje por todo el mundo. La película es muy graciosa, llena de guiños y homenajes a la cultura popular, de Jules Verne a Tintín, y técnicamente es mucho más que notable. Así que aplaudimos con las orejas un cine por todos los públicos que nos levanta la autoestima de nuestro cine.

47. Yo la busco

Sara Gutiérrez Galve (2019)

La canción de Ray Heredia que regala el título a lo largometraje de Sara Gutiérrez Galve dice: “Yo la busco y no la encuentro, la alegría de vivir”. No es casualidad que la cineasta barcelonesa recurra a este clásico del nuevo flamenco de los 90: estamos ante una película híbrida y mestiza, a la vez que un cóctel inteligente de géneros y una fábula naturalista sobre los espejismos de la vida urbana. Todo gira en torno a un personaje, Max, que comparte piso con Emma y vive en una nube de felicidad despreocupada que les diluye cuando le comunican una noticia inesperada. A partir de ahí, Max se verá en medio de una noche extraña y alucinada, entre la realidad y el sueño (cuando no pesadilla), que le lleva en busca de sí mismo por una Barcelona iniciática y espectral.

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46. Libertad

Clara Roquet (2021)

El adolescente de casa buena que abre los ojos a la vida, y un entorno en el que, desde su privilegio, no se había fijado. En un verano en la Costa Brava, la protagonista de 'Libertad' encuentra un reflejo distorsionado de sí misma cuando la hija de la cuidadora de la abuela con demencia aterriza en la casa: el choque de culturas, el contraste de realidades, de las dos chicas no impide que conecten y empiecen una amistad singular que las transformará para siempre. Guionista de Marcas-Marcet, Elena Martín y Jaime Rosales, la debutante Clara Roquet parece inspirarse en el simbólico cine de Carlos Saura y ofrece una bella mirada a la pérdida de la inocencia, al despertar sexual pero también al de la conciencia de clase .

45. Las crueles

Vicente Aranda (1969)

La vanguardista y revolucionaria Escuela de Barcelona en su plenitud. Antes de entregarse a enseñar carne en sus películas, Vicente Aranda ('Amantes', 'La pasión turca', 'Tirant lo Blanc') rodó esta magnífica adaptación de 'Bailando para Parker', del asturiano Gonzalo Suárez, también parte de la Escuela, como director de filmes como 'Ditirambo'. Teresa Gimpera, musa del movimiento y también de la icónica Gauche Divine, protagoniza este filme con aires hitchcockianos y con un referente evidente como es 'Las diabólicas', de Henri-Georges Clouzot. Por la intrahistoria quedan los esfuerzos de Aranda por sacar adelante el filme, porque a medio rodaje sufrió un accidente y tuvo que dirigir media película tumbado en una camilla.

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44. Arrugues

Ignacio Ferreras (2011)

El ya magnífico cómic de Paco Roca (Premio Nacional 2008) encuentra una traducción cinematográfica a la altura: la tierna, muy tierna, historia de una amistad entre dos hombres que comparten la misma residencia para la tercera edad: uno de ellos tiene alzheimer, el otro se convertirá en un compañero de aventuras imprescindible para no perder la esperanza frente a la ausencia de futuro. Inteligencia narrativa y todo un abanico de recursos para uno de los filmes que reivindican la animación que se realiza en nuestro país.

43. Smoking room

Roger Gual y Julio D. Wallovits (2002)

La premisa de esta película nos parece, 20 años después, y gracias al Señor, toda una marcianada: un trabajador de la sucursal española de una multinacional estadounidense levanta una queja ante la prohibición de fumar en sus instalaciones. ciones, y pide una habitación donde poder hacer un 'pete' de vez en cuando. No se equivoquen: 'Smoking room' no es ninguna apología de los cigarrillos, y sí es una mirada feroz a los universos laborales, y un retrato sin compasión de la falta de solidaridad, del sálvese quien pueda, del no mojarse ni bajo agua, de las camarillas y de las traiciones cotidianas. Con un reparto fabuloso (Eduard Fernández, Juan Diego, Manuel Morón, Francesc Orella), 'Smoking room' es nuestro 'Doce hombres sin piedad', sin juicio pero con las mismas puñaladas por la espalda de aquel jurado encabezado por Henry Mesón. Un lujo interpretativo.

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42. Les amigues de l'Àgata

Laia Alabart, Alba Cros, Laura Ríos, Marta Verheyen (2014)

Título clave que bautizaba a una generación de cineastas mujeres llegadas para revolucionar la producción de cine en catalán. Nacida como proyecto de fin de grado de cuatro estudiantes de la Pompeu Fabra, 'Les amigues de l'Àgata' es una mirada efervescente a las obsesiones, angustias y alegrías propias de ese momento de la vida en que dejamos atrás la adolescencia para abrir las puertas a lo que llaman ser adulto. Cuatro amigas ríen, se cuentan peripecias amorosas y sexuales, dudas respecto al futuro, alegrías y tristezas, se sientan en el césped y hacen 'botellón', se desnudan emocionalmente. Y las cineastas lo capturan, abandonándose a la espontaneidad y la verdad. La Generación Ágata abría las puertas a lo que ahora disfrutamos en toda su plenitud creativa.

41. Els encantats

Elena Trapé (2023)

Una mujer que comienza a asimilar un cambio radical de su realidad. La protagonista de 'Els encantats', una descomunal Laia Costa, se acaba de separar y ve cómo, por primera vez desde que fue madre, su niña pasará unos días con su padre, alejada de ella. Para soportar el choque, decide irse unos días a la casa familiar de la Vall Fosca, pero el cambio de escenario no hará que se olvide de su nueva vida, y tendrá que enfrentarse a sus propias dudas y contradicciones, y al dolor de la ausencia. La lúcida mirada de Elena Trapé ('Les distàncies', 'Blog'), y su riesgo con la cámara, interpela al espectador, sean cuales sean sus circunstancias, porque habla de cosas muy reales y cercanas, trascendiendo el retrato generacional.

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40. Vida de família

José Luis Font (1963)

La única ficción que dirigió José Luis Font, documentalista y coguionista de 'Plácido', era la historia de una familia barcelonesa dividida por una herencia era, también, una mirada crítica a la clase burguesa catalana de la posguerra, desencantada y decadente . La película que habría dirigido Mar Coll de haber vivido en los años 60. Y con Montserrat Carulla, Fernando Guillén y –¡atención!– Maria Aurèlia Capmany en el reparto. Una gran precedente de 'Tres días amb la familia'.

39. La imatge permanent

Laura Ferrés (2023)

Historias que normalmente no encontramos en el cine, y formas de contarlas que demuestran una singularidad que es un valor en sí mismo. Laura Ferrés ya captó nuestra atención cuando fue premiada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes con el corto 'Los desheredados'. Y su primer largo sigue fabulando e hibridando ficción y documental, deconstruyendo el costumbrismo más reconocible y sacudiendo lo que conocemos como cine social. La directora apuesta por una cierta radicalidad formal para reflexionar sobre temas como la identidad, la soledad, la inmigración, la lucha de clases, el peso de la religión, las heridas difíciles de coser, el paso del tiempo y el eterno retorno o el cinismo de la publicidad y, más concretamente, de la publicidad en las campañas políticas. Mucha ambición y resultados hipnóticos. Y una cineasta a la que no hay que perder la pista.
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38. Malnazidos

Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro (2020)

Indiana Jones, 'La vaquilla' de Berlanga y los zombies de George A. Romero. Añada unas gotas de las atmósferas terroríficas a John Carpenter y aroma a 'Los doce del patíbulo', agite la coctelera y disfrutará de un festival de sangre, adrenalina y carcajadas con espíritu de serie B. El sentido de la aventura de Javi Ruiz Caldera y de su montador de siempre, y aquí codirector, Alberto de Toro nace en los años 80, y toda una generación de cinéfilos educados en las butacas del cine Urgel se lo pasarán pipa con esta historia de soldados republicanos y nacionales, unidos por una causa común (acabar con un ejército de muertos vivientes fruto de un experimento de los nazis aliados de Franco) en plena Guerra Civil.

37. Suro

Mikel Gurrea (2022)

Dos arquitectos 'pijos' deciden un cambio radical de vida cuando heredan una masía en el Empordà y una plantación de alcornoques, abandonando la ciudad e instalándose para hacerse cargo de la leva del corcho de los árboles . La utopía de la felicidad rural, o la fantasía del pixapí, chocará con la crisis de ideales y ese progresismo de fachada que esconde clasismo y racismo. Mikel Gurrea protagonizaba uno de los debuts más impactantes de los últimos años, trasladando en imágenes su experiencia de un verano a la leva y ofreciendo una tensa experiencia sensorial, rica en texturas y sonidos, el bosque como un personaje más junto a unos inspiradísimos Vicky Luengo y Pol López.

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36. La piel quemada

Josep Maria Forn (1967)

Antes de que llegaran Fernando León de Aranoa y todos los de su casta, hubo un cine social español con poco que envidiar a los estudios de Cinecittà, y Josep Maria Forn fue uno de sus abanderados representantes. En esta película, con una posición innegociable en nuestro top 10, hizo un excelente retrato de la vida en los pueblos de costa y sus contrastados ambientes: desde los galdosos hogares de los inmigrantes andaluces que vivían de la pesca, hasta la llegada del turismo europeo, lo que nos trajo el 'destape' y las suecas. Forn, por cierto, firmaría también dos filmes que cuentan nuestra historia: 'Companys, procés a Catalunya' (1979) y 'El coronel Macià' (2006).

35. Boom Boom

Rosa Vergés (1990)

Flamant Gaudí de Honor 2024, la cineasta Rosa Vergés debutó con una exitosa comedia romántica juguetona y sofisticada, arraigada a la mejor tradición de los clásicos estadounidenses. Una divertidísima telaraña de equívocos, pies y zapatos desparejados, entradas y salidas, y bloody marys a ritmo de la canción 'Ansiedad' ('de tenerte a ti lado, musitando palabras de amor'), que logró un éxito insólito en una coyuntura que no acompañaba a la hora de estrenar películas en catalán. Además, 'Boom Boom' destilaba una modernidad en el dibujo de su protagonista, una mujer mulata (nunca se hace mención alguna al color de su piel), que vive su sexualidad de una manera bastante avanzada a su tiempo. Latidos de amor y de cine.

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34. Chico i Rita

Fernando Trueba y Javier Mariscal (2010)

Un pianista y una cantante en la Cuba de los años 40, sus idas y venidas emocionales, amor y desamor a ritmo de jazz y bolero. Los dibujos de Mariscal y el pulso narrativo de Trueba haciendo equipo en una explosión de color y sensualidad, humo y alcohol, energía y música, que logró la nominación a los Oscar a Mejor película animada. Una experiencia feliz que ambos creadores han querido repetir con la reciente, y también estupenda,Dispararon al pianista'.

33. La vida secreta de les paraules

Isabel Coixet (2005)

A César lo que es de César, y A Coixet... lo que es de la Coixet: la carrera de la más internacional de nuestras cineastas es incontestable, y, con obras más exitosas que otras, con 'La vida secreta de las palabras' hace un compendio de algunos de los temas que más le interesan: gente herida, si no rota, soledad, escenarios hostiles, secretos y silencios... Con un reparto de aquí y de allá, con Tim Robbins y Javier Cámara, y Sarah Polley, su musa en 'Mi vida sin mí', la película nos sitúa en una aislada plataforma petrolera a la que llega una mujer solitaria encargada de los cuidados de un trabajador que se ha quedado ciego después de sufrir un accidente. Entre ambos nacerá una relación que les cambiará la vida. ¡Y, además de todo, sale Julie Christie! ¿Qué más queréis?

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32. A tiro limpio

Francisco Pérez-Dolz (1963)

No os confundáis, no tiene nada que ver con aquello de Steven Seagal haciendo de gángster pistolero adicto a las cartas. Aunque sí hay una banda de atracadores, estilo 'Cuarteto de la muerte', que actúan a mano armada. En el momento en que Mario Monicelli dirigía 'I soliti ignoti' en Italia y Jean-Pierre Melville revolucionaba el 'polar' francés, había unos cuantos que desde la Costa Brava hasta las tierras del Ebro se dedicaban a revolucionar el cine negro catalán. Pérez-Dolz es, de esta hornada, el mayor.

31. La filla d'un lladre

Belén Funes (2019)

La peli con la que descubrimos que Greta Fernández era una actriz tan buena como el padre, Eduard. Ambos repiten los roles que tienen en la vida real en su debut a lo largo de Belén Funes, un retrato social que bebe del cine de los hermanos Dardenne, y que nos cuenta el día a día de una joven en el umbral de la pobreza, que trata de salir adelante y formar una familia con su bebé, con el padre de su hijo y con su hermano pequeño. Y que se enfrenta a la reaparición del padre recién salido de prisión. Con una austeridad formal mucho más eficaz que cualquier sensible truco narrativo, 'La filla d'un lladre' apunta a algunos de los males que permanecen en nuestra sociedad: la precariedad, la conciliación y la falta de futuro de toda una parte de la sociedad pero también a asuntos como la identidad y el peso de las herencias indeseadas que recibimos de nuestros padres. Muchas ganas de ver cómo continúa la carrera de Belén Funes...

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30. El amor en su lugar

Rodrigo Cortés (2021)

¿Recordáis 'Pel davant i pel darrere'? Aquel viejo éxito teatral escrito por Michael Frayn donde éramos testigos de lo que un grupo de actores representa en el escenario, pero también de todo lo que ocurre detrás de las cortinas, entre bambalinas... Rodrigo Cortés utilizaba un mecanismo narrativo similar para trasladar hasta el gueto de Varsovia en 1942, donde, en plena sanguinaria ocupación nazi, y mientras los muertos se agolpaban en las calles, la vida seguía. Y el teatro también. En ese contexto, los libros de historia nos dicen que se representaban obras como la que vemos en la película: un vodevil musical que sirve para mantener la moral de una población atemorizada. Es entre las cuatro paredes de un teatro que Cortés cuenta la historia de una compañía de actores que trata de sobrevivir y que lleva hasta las últimas consecuencias lo del show must go on. Narrada en tiempo real, e iniciada con un brutal plano secuencia de 15 minutos, 'El amor en su lugar' combina el virtuosismo narrativo con las emociones en una producción catalana rodada en inglés y con actores llegados de toda Europa.

29. L'arbre de les cireres

Marc Recha (1998)

"Es un rompecabezas de un pedazo de la vida humana". Así la definía Marc Recha, dejando claro que, si algo ha inspirado su singular cinematografía (que incluye otros títulos relevantes, como 'Petit indi' y 'Un dia perfecte per volar'), ha sido la de transmitir la verdad de la vida, encabezada en un determinado paisaje. Cuando, con 'L'arbre de les cireres', la crítica internacional le otorgó el premio FIPRESCI en pleno Festival de Locarno, se justificó por su "modo innovador de conjugar reflexión y arte". El espíritu de Abbas Kiarostami y de Robert Bresson se respiraba en este relato familiar estructurado en cinco cortes temporales en torno a las fiestas de Navidad.

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28. Les hores del dia

Jaime Rosales (2003)

Jaime Rosales debutó con ese insólito retrato del rutinario día a día de un asesino en serie. La cámara fija en escenas larguísimas, el fuera de campo, las elipsis, los recursos visuales, la película respira libertad estilística, y el siempre milimétrico Rosales vuelca referencias que van de Godard al neorrealismo, quién sabe si también el cine de Haneke. Y Alex Brendemühl da mucho, mucho, miedo. La película destaparía el talento de un 'outsider' como Rosales, que haría uno (relativo, él nunca ha querido formar parte de la industria) salto con 'La soledad' (2007) y su uso de la pantalla partida , una segunda peli que estuvo un par de semanas en la cartelera, y que, tras pasar sin pena ni gloria, se reestrenó tras ganar al Goya a Mejor película, y lo petó.

27. Apartado de correos 1001

Julio Salvador (1951)

No se le ha hecho suficiente justicia al cine negro barcelonés de los años 50, ya la importancia que tuvo como puerta de entrada del neorrealismo en la cinematografía española. Ésta es una buena muestra, un relato criminal más o menos arquetípico, de solidez incuestionable, que bebe del noir americano y que supone también un retrato de un país que vivía el gris de la dictadura. Rodada a pie de calle, pocas películas ofrecen una fotografía tan exacta de la Barcelona de la época, y, más allá de una trama policial que funciona como un reloj, ver 'Apartado de correos 1001' es sobre todo una magnífica manera ver cómo era la capital catalana.

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26. My Mexican Bretzel

Nuria Giménez (2019)

El 'found footage' encuentra un camino poético insólito en este experimento, que no os asuste la palabra, de la cineasta Nuria Giménez Lorang: la directora encontró unas bobinas acumulando polvo en el desván de casa de su abuelo, unas filmaciones caseras que mostraban una mujer de clase alta en varios momentos de su vida, entre los años 40 y 60 del siglo pasado. A partir de ahí, Giménez inventa toda una historia estructurada a partir del supuesto diario de la mujer de las imágenes, convirtiéndola en un melodrama digno de Douglas Sirk o Todd Haynes sobre un personaje que nos abre las puertas a su intimidad. El resultado es fascinante, como lo es el melancólico ejercicio narrativo y la reflexión que nos deja sobre verdad o mentira, ficción y realidad. Una joya.

25. La maternal

Pilar Palomero (2022)

Tras una magnífica ópera prima, 'Les nenes', donde volcaba sus recuerdos de adolescencia, la aragonesa Pilar Palomero, otra representante del buenísimo trabajo que se hace en las escuelas de cine catalanas, dirigió 'La maternal', o una valiente aproximación a una realidad a la que no dedicamos suficiente atención: la de las adolescentes con vidas cambiadas después de un embarazo que deciden no interrumpir. Madres que lo son mucho antes de ser adultas. Y Palomero ofrece una mirada sensible, con amor, tacto y máximo respeto, y pone sobre la mesa temas como la hipersexualización de los más jóvenes. Y, y esto es clave en la película, las relaciones entre madres e hijas en nuestros días. Una magnífica película a ritmo de trampilla, y de Estopa, y con una pareja protagonista, Ángela Cervantes y la jovencísima Carla Quílez, que hace magia.

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24. Salvador (Puig Antich)

Manuel Huerga (2006)

El último preso político ajusticiado en España en 'garrote vil' ha dejado un trauma que aún está por cerrar. El franquismo agonizaba, pero quería morir matando, y el joven Salvador Puig Antich fue una de las muchas víctimas de un régimen asesino. Manuel Huerga, creador con (por nuestro gusto) demasiadas pocas películas en su currículum, ponía toda la carne a la parrilla en una firme denuncia y un contundente alegado contra la pena de muerte, y no evitaba una durísima recreación de la muerte del protagonista, a quien interpretaba el catalano-berlinés Daniel Brühl. Memoria histórica necesaria (en 2006 y, viendo lo que vemos cada día, también hoy), nudo en la garganta y cine en mayúsculas.

23. Lo imposible

Juan Antonio Bayona (2012)

La del tsunami, una superproducción sin precedentes en una industria catalana que iba de modesta y que aquí se disfrazaba de peli 'made in Hollywood', con Ewan McGregor, Naomi Watts y un Tom Holland que no imaginaba acabar subiendo paredes, protagonizando portadas por todo el mundo y haciéndose novio de Zendaya. J.A. Bayona ya lo había petado con 'El orfanato' y aún tenía que cumplir su sueño de trabajar con Steven Spielberg. Con 'Lo imposible' ya mostraba gran parte de un talento y una visión que no ha dejado de crecer hasta llegar a la madurez (y la carrera por Óscar) de 'La sociedad de la nieve'. Bayona es nuestro cineasta más internacional, y hay que estar orgullosos y contentos de que le vaya bien.

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22. La vieja memoria

Jaime Camino (1977)

A través de la ficción ('Las largas vacaciones del 36', 'Dragon Rapide', 'El largo invierno') y de documentales como 'Los niños de Rusia' y lo que nos ocupa, el barcelonés Jaime Camino fue uno de los cineastas más comprometidos con la memoria histórica. Es extraordinario el documento que supone 'La vieja memoria', que, rodado poco después de la muerte de Franco, rompía silencios y miedos, y confrontaba recuerdos de testigos de la Guerra Civil de uno y otro bando. Camino habla con anarquistas, comunistas, gente de derechas y falangistas; de Dolores Ibarruri a Frederica Montseny, de Gil Robles a Josep Tarradellas, de José Luis de Villalonga a Raimundo Fernández-Cuesta. Y convierte las entrevistas en conversaciones, montándolas por lo que parece que los personajes dialogan, con un sorprendente efecto que abre el debate sobre los motivos y las consecuencias de la guerra. Un documental imprescindible.

21. Pacifiction

Albert Serra (2022)

Su cine no se asemeja al de nadie. Ni siquiera cuando retrata a personajes tan icónicos como Don Quijote y Sancho (en 'Honor de caballería'), los Reyes Magos (en 'El canto de los pájaros'), o Casanova y Drácula (en 'Historia de mi muerte') . Albert Serra se ha convertido en un creador original y provocador, obsesionado con ofrecer experiencias únicas. Y pocas como la que ofrece con 'Pacifiction', su obra menos críptica, que tampoco significa mucho viniendo de este banyolí universal, con una mirada política sobre los mecanismos del poder, una atmósfera fantasmagórica ya ratos onírica, y una exhibición de su protagonista, un Benoît Magimel con un gusto exquisito por las camisas estampadas.

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20. Robot Dreams

Pablo Berger (2023)

Entre Pixars, Marvels y Miyazakis, que una producción catalana como 'Robot Dreams' se cuele entre las nominadas al Oscar es todo un hito que sólo hace que reafirmar nuestra idea: la peli de Pablo Berger es una joya. Basada en el cómic homónimo de Sara Varon, ésta es una fábula sobre el poder de la amistad (o del amor, es fácil hacer lecturas románticas) a partir del encuentro entre un perro y un robot, en una Nueva York de los años 80 habitada por animales de mil especies. La soledad, la hostilidad de las grandes ciudades o las rupturas no deseadas son algunos de los temas que toca esa emocionante fantasía que supone la primera experiencia del cineasta con la animación. Como en su celebrada Blancanieves (2012), Berger apuesta por contar con imágenes y sin diálogos, y vuelve a crear un universo propio e hipnótico a ritmo del 'September' de Earth Wind & Fire.

19. El asesino de Pedralbes

Gonzalo Herralde (1978)

En mayo de 1974, un tal José Luis Cerveto Puig, vestido de negro, cuchillo en la mano y unos zapatos varios números más pequeños de los que solía utilizar para engañar a la policía, asesinó a un matrimonio del alta sociedad barcelonesa por quien hacía de chófer. Cuatro años después, Gonzalo Herralde acudió a la cárcel de Huesca donde cumplía condena, y le entrevistó. En la línea de la mítica 'El desencanto', el cineasta barcelonés firmó un relato que trataba de poner luz a la oscuridad y que nos permitimos adivinar que forma parte de la videoteca de Carles Porta.

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18. Creatura

Elena Martin (2023)

El premio de la Quinzaine des Cinéastes en el Festival de Cannes, y los Gaudí a Mejor película y Mejor dirección no han hecho más que avalar lo que ya sabíamos: 'Creatura' rompe tabúes a golpe de osadía, pero también de talento. Nacida de todo lo que las mujeres llevan soportando desde que el mundo es mundo, esta historia parida por Elena Martín y, en labores de coguionista, Clara Roquet, no teme incomodar hablando sin tapujos de sexualidad femenina, autodescubrimiento e inseguridades, placer y culpa, cuerpos y vulvas. Martín ya había sorprendido con su debut, 'Júlia ist' (2017), pero con 'Creatura' ha dado un salto adelante que nos obliga a no perderle la pista.

17. Vampir Cuadecuc

Pere Portabella (1970)

La cosa comienza con dos colegas, Pere Portabella y el poeta Joan Brossa, que tenían un tercer amigo, el cineasta Jess Franco, a quien a principios de los 70 la Hammer produjo una singular adaptación del 'Drácula' de Bram Stoker, con Christopher Lee de estrella de las catacumbas. Portabella y Brossa eran muy listos, y como tenían tanta confianza con su camarada madrileño, se plantaron en el rodaje de ensamblados, con toda la barra del mundo, asegurando que le harían un making of. Quizás sólo querían pasar un buen rato entre ataúdes y estacas, pero lo que grabaron por entonces de diversión es, a estas alturas, lo mejor que ha dado el cine experimental catalán. Por cierto, de Portabella, nombre fundamental, artista vanguardista y activista político (y productor de Saura, Ferreri y Buñuel), podríamos incluir también títulos como 'Umbracle', 'Puente de Varsovia' y 'El silencio antes de Bach'.

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16. Distrito Quinto

Julio Coll (1957)

Si Quentin Tarantino explicase que antes de rodar 'Reservoir Dogs' había visto 'Distrito Quinto' nadie se pondría las manos en la cabeza. Porque esta joya del cine negro barcelonés de los 50 tiene una premisa que se parece muchísimo a la de la ópera prima del director de 'Pulp Fiction': después de un plan que ha salido a la perfección, un grupo de ladrones se reúnen en el apartamento donde organizaron el golpe. Pero uno de ellos, el que se ha quedado el dinero, no llega a tiempo... Con Alberto Closas y Arturo Fernández como protagonistas, es una milagrosa demostración de cómo sacar partido de un único escenario, optimizando las interpretaciones, la fuerza del guión, el uso de los flashbacks y los recursos de un cineasta a reivindicar, el gerundense Julio Coll. Una peli, por cierto, basada en la obra teatral 'Es peligroso hacerse esperar', de... ¡Josep Maria Espinàs!

15. Sis dies corrents

Neus Ballús (2021)

El cine social también puede ser divertido. La tesis de Neus Ballús (autora también de otro filme que muy bien podría estar en este listado, como 'La plaga') es arriesgada, porque el género suele ir relacionado con tragedias cotidianas. Pero 'Sis dies corrents' apuesta por las sonrisas sin perder ni un gramo de eficacia en su reivindicación de la clase trabajadora y en su potente mensaje integrador que señala los microrracismos que todos llevamos encima. La cineasta apuesta por la ligereza y el costumbrismo para seguir una semana de trabajo de tres fontaneros: el juego que propone Ballús híbrida ficción y realidad, convirtiendo en actores a tres fontaneros de verdad (cuidado, que los Gaudí y el prestigioso Festival de Locarno van premiar sus “interpretaciones”), poniendo el foco en realidades tan comunes que, con demasiada frecuencia, nos pasan desaparecidas. Una magnífica comedia basada en hechos reales, muy reales, y una mirada transversal y pintoresca a la sociedad barcelonesa.

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14. Tres dies amb la família

Mar Coll (2009)

Hablad con cualquiera de las directoras catalanas que ahora llevan la bandera de nuestro cine por los festivales de todas partes. Simón, Roquet, Ballús, Martín... todas os dirán que todo empezó con Mar Coll y estos 'Tres días amb la familia'. La vigilia y el funeral del abuelo provoca la reunión de padres e hijos, levantando las alfombras para que todo el polvo acumulado salga como un vendaval. La mirada naturalista (y afrancesada) a la catalanidad aburguesada de los protagonistas que proponen Mar Coll y su coguionista Valentina Viso y las interpretaciones de Nausica Bonnín y Eduard Fernández elevan un film convertido, sin conciencia alguna, en un punto de partida que ahora seguimos disfrutando.

13. Tren de sombras

José Luis Guerin (1997)

No, no es 'Ordet' de Dreyer, ni el remake de un film de Victor Sjöström, ni ninguna otra joya del cine nórdico, aunque lo parezca. A mediados de los 90, José Luis Guerin se ajustó su inseparable boina de 'tweed' en el caparazón e hizo rumbo a la Alta Normandía, en el lago Le Thuit, donde puso en marcha una prodigiosa reflexión sobre la luz y la niebla que ni Monet frente a la catedral de Rouen. Sabemos que sus trabajos más conocidos son posteriores, que si Guerin ha ganado fama internacional es gracias a 'En construcción', 'En la ciudad de Sylvia' o 'Guest'. Pero nosotros, desde ahí, queremos reivindicar sus primeras películas. ¡Son maravillosas!

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12. [REC]

Jaume Balagueró y Paco Plaza (2007)

Podríamos decir muchas cosas de '[REC]'. Que importó la moda de hacer terror cámara en la mano al estilo de 'El proyecto de la bruja de Blair', aprovechándose de la mediática tendencia de programas televisivos tipo 'Españoles por el mundo' (y burlándose). Que confirmó el talento por el género de dos cineastas que apuntaban buenísimas formas. Y de una actriz, Manuela Velasco, convertida en nuestra scream-queen por excelencia. Que convirtió a Javier Botet a nuestro Boris Karloff. Incluso, que dio mucho prestigio al cuerpo de bomberos. Pero si todos la recordamos en realidad es porque, desde que la vimos, no podemos andar por el Eixample sin tener escalofríos. Y la cuestión es que '[REC]' ha terminado siendo un referente y provocando mil y una imitaciones. Por cierto, que de entre sus secuelas, nos declaramos fans absolutos de '[REC] 3' y de Leti Dolera como novia ensangrentada con sierra eléctrica.

11. Vida en sombras

Llorenç Llobet-Gràcia (1949)

Está entre 'Fanny y Alexander' y una novela de Dickens con aires ibéricos, con un Fernando Fernán Gómez de 28 añitos de prota. Cuenta la historia de un hombre criado en la barraca de unos feriantes ambulantes que en el cambio de siglo enseñaban las bondades del cinematógrafo a las gentes de toda la península. La gran pena de esta película es que la censura franquista le jodió varapalo, y la cerró con cerradura y cerrojo durante más de tres décadas. No fue hasta principios de los 80 que se reestrenó, y en 2008 la Muestra de Venecia le hizo un homenaje a bombo y platillo. Más vale tarde que nunca.

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10. Els dies que vindran

Carlos Marqués-Marcet (2019)

David Verdaguer y Maria Rodríguez Soto eran pareja y esperaban a una niña, y Carlos Marqués-Marcet (que ya había firmado las estupendas '10.000 km' y 'Terra ferma') era su amigo y vecino. Cineasta siempre permeable a ejercicios que otros evitarían por complejos, propuso convertir en ficción el proceso de gestación real que vivían y formar parte de un proceso creativo y cinematográfico de más de año y medio. Una locura sobre el papel, eso sí, tocada por la magia, que dio como resultado el relato íntimo de un año de la vida de unos personajes que aprenden a ser una familia de tres antes de tener tiempo de consolidarse como pareja de dos.

9. De nens

Joaquim Jordà (2003)

Esto son palabras mayores. Joaquim Jordà fue el padre del documental catalán, de la Escuela de Barcelona y, en los últimos años de vida, de muchos jóvenes cineastas a los que recibía como discípulos en su piso de la calle de la Cera, número 23. Si el queréis conocer de cerca, mírese su última película, 'Más allá del espejo', estrenada póstumamente, donde hablaba a corazón abierto de cómo fue su vida después de la embolia que le dejó, de secuela, una agnosia que le acompañó hasta el final. Si lo que desea es saber cuál es su obra imprescindible, a gustos colores, nos quedamos con 'De nens', Si lo que desea es saber cuál es su obra imprescindible, nos quedamos con 'De nens', y, cerca estarían 'El encargo del cazador' (1990) y 'Mones com la Becky' (1999).

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8. Ocaña, retrat intermitent

Ventura Pons (1978)

Si la etiqueta 'cine catalán' significa algo, Ventura Pons fue uno de los grandes responsables. Por prolífico y por defensor de la cultura y la lengua catalanas, llevando al cine las obras de nombres relevantes de la literatura y la dramaturgia del país. Pero antes de filmes como 'Actrius' y 'Morir (o no)', el director barcelonés firmó este documental sobre el artista andaluz José Pérez Ocaña, una de las grandes figuras de la contracultura de esa Barcelona bulliciosa de la Transición. 'Ocaña, retrat intermitente' fue seleccionada por el Festival de Cannes, que valoró la fuerza del personaje y las nucas al puritanismo de un país que trataba de abandonar la oscuridad, en un filme referencial por el colectivo LGTBIQ+.

7. A la ciutat

Cesc Gay (2002)

Antes de que todos lo hiciéramos a instagram, Cesc Gay construyó toda una tesis sobre quiénes somos y cómo nos mostramos a los demás. De eso va 'A la ciutat', o el retrato de un grupo de amigos íntimos en la treintena, que se relacionan a base de silencios y secretos, de mentiras o medias verdades. Extraordinariamente escrita y dialogada, y con un grupo de intérpretes en estado de gracia, la película mostraba también la Barcelona del cambio de siglo, casi podemos encontrar la sección de restaurantes de Time Out en varias de sus escenas. Y ofrece un puñado de momentos para el recuerdo: aquí nos quedamos con aquél en el que Eduard Fernández hace un "hasta aquí" cuando, cenando con su esposa (Vicenta N'Dongo) en Casa Leopoldo, aparece casualmente el amante (Pere Arquillué ). O ese otro instante en el que, tras vengarse de una infidelidad con otra, el propio Fernández escucha de Leonor Watling lo del “no me pidas el teléfono, que te lo doy”. Os confesaremos que hemos dudado mucho entre 'En la ciudad' y 'Ficció', el siguiente filme de Gay. Miradlos (o remirároslos) ambos y no hablemos más.

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6. Furia española

Francesc Betriu (1975)

Dice la leyenda que fue la última película que vio Franco poco antes de su muerte. El añorado Paco Betriu contaba con mucha gracia que el dictador, con un título como éste, creyó que gozaría de pura exaltación patriótica y que probablemente se llevó un susto desgarrador. Y es que 'Furia española' también tiene el honor de ser el ejemplo paradigmático cuando hablamos de la censura franquista. No hace mucho, la Filmoteca recuperó el montaje más cercano al original ideado por Betriu, con los 11 minutos cortados en su día. Más allá de récords dudosos, es una película sensacional, irreverente, transgresora, protagonizada por Cassen y Mónica Randall, y que incluye sexo, fútbol (el protagonista, más culé que el palo de la bandera, no duda en interrumpir su boda para ir al Camp Nou) y una mirada a la Barcelona lumpen, que Betriu retrató mejor que ningún otro cineasta.

5. Bilbao

Bigas Luna (1978)

Hacía dos años que Bigas Luna lo había dejado todo a un lado para rodar 'Tatuatge', su debut en el largo. Había dimitido como profesor de Eina y Elisava, había renunciado a su primera vocación, el diseño industrial, y se había desentendido de aquel proyecto de juventud llamado Estudi Gris. Todo, por ser cineasta. Con 'Tatuatge' le fue bien, pero fue ésta, 'Bilbao', la que confirmó que su cabezazo no había sido una locura etílica cualquiera. La película pudo verse en la Quincena de Realizadores de Cannes y es, todavía ahora, una obra maestra.

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4. Los Tarantos

Francisco Rovira-Beleta (1963)

Antes de que Buñuel, Saura, Garci y Almodóvar hicieran historia del cine español, el barcelonés Francisco Rovira-Beleta llevó esta producción catalana a las puertas del Oscar, y repitió poco después con 'El amor brujo', ambas nominadas a lo que hoy conocemos como Mejor Película Internacional. Con 'Los Tarantos' adaptaba la obra teatral de Alfredo Mañas, en una versión gitana de 'Romeo y Julieta' situada en el Somorrostro, y en la que los Montesco se llaman Tarantos y los Capuleto, Zorongos. Y en los que se paseaban mitos del flamenco como Carmen Amaya, Antonio Gades y La Singla. Ni 'West Side Story' ni Baz Luhrman y sus idas de olla en Verona Beach dieron la vuelta tanto a Shakespeare. Y es de justicia reivindicar la figura de un creador innovador que hizo mayor nuestro cine.

3. Alcarràs

Carla Simón (2022)

Con su debut, 'Estiu 1993', Carla Simón levantó la mano y caímos rendidos a su mirada limpia y profundamente emocionante a temas como la pérdida, el luto, y los universos infantiles. La cineasta se abría en canal hablando de experiencias propias, y el público y las academias la aplaudieron y premiaron. Dicen que la segunda película es siempre más complicada, esto se multiplicaba por una Simón que superó las expectativas manteniendo las virtudes del debut y subiendo la apuesta con actores no profesionales. El histórico Oso de Oro en el Festival de Berlín fue celebrado por la profesión con sinceridad y alegría genuinas, porque aparte de un talento innegable, Carla cae muy bien. A la gente de la industria ya nosotros.

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2. Pa negre

Agustí Villaronga (2010)

La figura del añorado Agustí Villaronga se convirtió en mediática con el inesperado fenómeno, no sólo en nuestro país, de 'Pa negre', la adaptación de la novela de Emili Teixidor que se llevó nuevo Goya . Más allá de los galardones, el impacto de este relato de posguerra (civil) desde el punto de vista de un niño se inicia con una primera escena inolvidable (un asesinato y un caballo lanzado por un precipicio) y ya no se para. Los universos perturbadores de Villaronga y sus potentes miradas a los monstruos que nos rodean (una constante en una obra que incluye otros excelentes filmes que muy bien podrían estar en este listado, como la referencial y extraordinaria 'Tras el cristal', 'El mar' e 'Incerta glòria'), hacen la cima en la que es, probablemente, el largometraje más celebrado de la historia del cine catalán.

1. La leyenda del tiempo + Entre dos aguas

Isaki Lacuesta (2006-2018)

Hagamos un poco de trampa, porque forman un magnífico díptico, y, funcionando por separado, juntas son monumentales. Con 'La leyenda del tiempo', Isaki Lacuesta hibridaba ficción con herramientas propias del documental, recogía el espíritu de Camarón de la Isla y de Lorca, y dibujaba dos historias paralelas. Una de ellas, la de un chaval gitano de San Fernando roto por la muerte del padre, se recupera, doce años después, con 'Entre dos aguas'. El niño es ahora un adulto que ha pasado por prisión, se reencuentra con su hermano y se enfrenta a la paternidad. Hay que decir adiós a la inocencia ya los sueños, y asumir las miserias y heridas del pasado para tratar de salir adelante. Lacuesta (con Isa Campo como imprescindible colaboradora) nos regala dos filmes de belleza abrumadora. Y sí, nos quedamos con las ganas de añadir 'Un año, una noche' (2022) en la lista.

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