Piscinas descubiertas en Barcelona

La piscina exterior del Parc de Llobregat (Av. del Baix Llobregat, s/n) está en Cornellà pero vale mucho la pena acercarse. Diseñada por el arquitecto portugués Alvaro Siza, es una auténtica pasada. Tiene forma ovalada y está rodeada por una zona de césped en la que podréis jugar o descansar. Además, a base de nadar podréis llegar a otra piscina cubierta que queda conectada con la exterior por el agua. Moderna, práctica, con zona lúdica y una de carriles para nadar… es preciosa. Sí, nos encanta.

¡La cosa va de vistas! Situada en la carretera de la Arrabassada 107-127, camino de Collserola y Sant Cugat, es de esas piscinas de película. Veréis todo Barcelona, os estiraréis en hamaques bien cómodas y estaréis rodeados de un entorno sumamente agradable. De hecho, de primeras parece que sea solo para nadadores de la jet set amigos de Paris Hilton, pero por solo 10 euros (8 si os quedáis a comer en el Restaurant Panoràmic by SERHS) podréis pasar en ella un día entero. ¡Desconexión 100% asegurada!

¿Habéis dicho sol? A la piscina de la Clota (plaza de la Clota, 1) nos gusta acercarnos para tomar el sol como lagartos. Se puede extender la toalla en un espacio muy amplio, de 2.000 m2 de hierba natural que queda al lado de la piscina. Combinad ratos estirados en el césped y minutos de baño y cuando tengáis hambre podéis usar el servicio de vending. A nivel de precios es de las más asequibles de la ciudad, poco más de 5 euros.

Si solo tenéis los domingos para desconectar, tranquilos, el último día de la semana la piscina del Tenis Vall Hebron (Pg. Vall Hebron, 178) abre de 10 a 20 de la tarde así que podréis pasaros el día entero dentro del agua. Además, si a parte de ir atareados tenéis críos, apuntárosla en la agenda. No es muy grande y tiene poca profundidad así que podréis bañaros tranquilos con los más pequeños de la casa. Ah y también está rodeada de un buen espacio verde en el que correr y jugar para que lleguen agotados a casa.

Cerca del Park Güell (Ramiro Maetzu, 25), apneas y brazadas por un tubo. Los dos metros de profundidad de esta piscina harían las delicias de cualquier aspirante a submarinista. Si prácticamente ya tenéis escamas, entre sus aguas podréis hacer unas buenas inmersiones. Además, si tenéis madera de nadadores de fondo, aquí encontraréis 25 metros de piscina –media olímpica– que podréis aprovechar para ir y venir hasta agotaros. Y a la hora de lanzaros al agua también podéis hacerlo desde los podios que hay delante de cada carril. ¡Preparados, listos, ya!

¡Atención nadadores que vamos a por el bingo! Aquí nos dicen que a pesar de que en verano la piscina es exterior, tenemos de seguir poniéndonos el gorro si queremos entrar en el agua. Si para los niños o para los que quieren aparentar puede resultar un poco engorroso, para los que suman kilómetros es el pan de cada día. Coged también las gafas de buceo y a por todas. ¿El precio? No sube de los 10 euros. La encontraréis en la calle Costa Daurada, 12.

Piscina pequeña pero coqueta. Tiene poca profundidad y una parte de chapoteo para los más menudos. Es caviar para los padres fans del agua y, además, está situada en una zona muy agradable, con espacio para hamacas y unos metros de césped bien cerca. Además, con la entrada de día también podréis disfrutar del resto de instalaciones del centro (Via Bàrcino, 84).

¿Llega el calor y todo os da pereza? Normal, ya pasa. Si buscáis relax y descanso acercaos a Bac de Roda porque descubriréis una piscina donde las protagonistas son las hamacas. Hay más de 100 rodeando la zona de aguas. Encontrad una en la que dejaros caer y dormir más profundamente que un bebé se os hará mucho más fácil. Dentro de una especie de patio interior ajardinado, la zona es bastante tranquila para olvidaros del mundo exterior durante un rato sin salir del la ciudad. Solo cruzad los dedos para que no se acerquen muchos críos, porque sí, también tienen una piscina más pequeña para ellos.

¡Ei! Esta tiene zona de bar. En la parte de arriba y con vistas a la ciudad para que matéis el gusanillo tras un baño. Si además de comer también os interesa el agua, la instalación del Guinardó (Telègraf, 31) se reformó hace poco y luce mucho. Buenas duchas, piscina muy grande –3/4 partes de una olímpica– y… lúdica. No hay carriles puestos es verano y, sed sinceros, lo que queréis es pasar un buen rato en el agua, ¿verdad? Pues aquí lo podréis hacer pagando una entrada que os saldrá por menos de 6 euros, de las puntuales más baratas de toda la ciudad.

Estas piscinas municipales son olímpicas así que poneos vuestro bañador más especial porque la ocasión se lo merece. Remojaros en estas aguas os hará sentiros como campeones. La entrada no llega a los siete euros y, de verdad, las vistas de Barcelona son espectaculares. Eso sí, hay unos cuantos trampolines pero no pequéis de valientes y si no domináis el deporte, mirad pero no toquéis.