¡Viva el Eixample y el hombre que lo parió! Solo hay una mesa pero vale la pena acercarse. Acostumbra a estar libre, jugaréis con tranquilidad y quizás viajáis al siglo XIX y paseáis al lado de Ildefons Cerdà mientras os explica su plan de creación del barrio. El de Paula Montal es un jardín pequeño pero acogedor en el que la mesa descansa sobre arena. El suelo no presenta desnivel así que pisaréis con firmeza y la bola no hará el loco.
En Barcelona tenemos más de 100 (!) mesas de ping-pong repartidas por parques, jardines y solares. Rectangulares, la mayoría azules y con una red que no es red porque es de acero y a prueba de vándalos. Divertido, fácil, para todas las edades e… ideal para los que no tienen un duro. Os recomendamos 11 mesas que nos gustan para poner en forma la muñeca.