Inevitable recomendar una escapada a Ávila y no hablar de historia. Y la del precioso hotel boutique Sofraga, levantado junto a la muralla de Ávila, nos lleva hasta la Edad Media. No tiene armaduras en los pasillos ni escudos heráldicos en cada habitación (no le hacen falta, no va de eso), pero su atmósfera es tan auténtica que te arropa nada más llegar (muy de agradecer en invierno, cuando las temperaturas suben por las nubes y las nevadas caen a ras de suelo). Su ubicación es ideal: en una de las puertas de entrada de la ciudad (el lugar con más poderío en época medieval). Y su interiorismo, también, con un aspecto tan acogedor, atemporal y respetuoso con el edificio original que dan ganas de quedarse a vivir en él. Y eso es lo que hemos hecho (durante dos días).
Cómo viajar a la Edad Media a menos de dos horas de Madrid
Sofraga Palacio fue en el pasado la casa de los Águila (familia muy influyente en la Castilla de la época), y se encuentra nada más atravesar la puerta de San Vicente, posiblemente la más icónica y monumental de las nueve puertas que hay en los dos kilómetros de muralla. Y lo que te encuentras es un hotelito encantadoramente restaurado, con su fachada en rojo teja, su patio acristalado, su jardín (diseñado en el siglo XIX) y sus 27 habitaciones en tonos neutros y elegantes. Cualquier tipo de viajero es bienvenido (incluidas familias con hijos y niños pequeños), pero si la idea es ir en plan romántico, la habitación más especial es la suite presidencial (ideal para una escapada en pareja), por espaciosa, porque tiene una bañera exenta en un lateral de la habitación y porque tiene a la muralla (levantada en el siglo XI) de cabecero de cama. Dicho en un sentido totalmente literal.
Ese es parte del encanto de este lugar, que con su reforma ha sabido respetar al máximo la tradición de más de mil años de historia y convertirla en una experiencia de lujo accesible y cercano, porque no hay que olvidar que Ávila está a menos de una hora y media en coche desde Madrid (o un poco más si vas en tren). Y este hotel rinde homenaje a su pasado, el de uno de los conjuntos históricos monumentales mejor conservados de España (declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1985) y uno de los ejemplos de ciudad fortificada mejor conservados del mundo.
Además de la muralla, que hace de pared en habitaciones, pasillos y salas de una manera totalmente integrada con el conjunto del hotel, la rehabilitación del espacio (rescatado prácticamente de las ruinas) hay muros de sillería, ladrillo visto castellano, artesonados de madera, balconadas..., arropadas con textiles neutros, mármoles bancos y tonos 'taupé' que aportan calma y serenidad. Como una integración perfecta entre pasado y presente de la mano de la firma de arquitectura Requena y Plaza.
Una ruta por la gastronomía de Ávila (y Castilla y León) sin salir de Sofraga
El hotel, sus habitaciones y espacios comunnes (maravillosa la galería con vistas a los tejados de la ciudad) ha sido nuestro principio de Sofraga, como quien comienza la casa por el tejado, porque antes que encantador hotel boutique, fue el restaurante. Desde 2015 su gastrobar (ubicado en un patio acristaladao frente a un jardín de corte romántico y bajo la atenta mirada de un cedro de más de 500 años) es parada obligatoria para quienes buscan hincarle el diente a un chuletón de ternera avileña en su punto, una paletilla de cordero lechal a las brasas o abrir boca con unas revolconas y torreznos antes de templar el cuerpo (da igual si es verano o invierno) con unas judías de El Barco. Pero también para quienes prefieren algo más sofisiticado: ojo a su steak tartar de vaca avileña. De postre, una tabla de quesos barrqueños y de La Adrada, o las mejores tortitas con nata de la ciudad, como dijo una vez Carlos Casillas, propietario de Barro, otra de esas direcciones gastronómicas imprescindibles para quedarse con buen sabor de boca en una escapada Ávila.