Ruta de sabores
La cocina mexicana es el resultado de cientos de años de tradiciones, técnicas y conocimientos ancestrales. Su variedad y exquisitez es tal que, en 2010, la UNESCO la declaró oficialmente Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Recorrer el país de punta a punta permite saborearla en todo su esplendor.
Las costas norteñas de Baja California dieron nacimiento a la cocina Baja Med, una combinación de gastronomía típica mexicana, mediterránea europea y asiática. Ahí se producen gran cantidad de pescados, mariscos y buen vino, especialmente en el Valle de Guadalupe, la mayor región vinícola del país. En Sonora destacan los cortes finos de carne y las parrillas; en Sinaloa, el fresco aguachile de camarones con pepino, cebolla morada y abundante limón y chile; y en Nuevo León el cabrito, que se cocina al carbón durante dos horas, dejando la carne suave.
En el centro del país se concentran las técnicas, ingredientes y el uso de utensilios de la cocina prehispánica, como el metate y molcajete de piedra volcánica para preparar salsas y moler. Además del consumo de insectos comestibles como los chapulines tostados con chile y la salsa de hormigas chicatanas, en Oaxaca se crearon siete variedades de mole —negro, rojo, amarillo, coloradito, verde, chichilo y estofado con pollo y aceitunas— cuya complejidad de preparación sorprende a los gustos más exigentes. De ahí también es originario el mezcal, una bebida alcohólica ancestral de agave.
En Puebla se saborea la historia de México. Los chiles en nogada son chiles poblanos rellenos de frutos secos y carne molida, estos se bañan en una salsa de crema con nuez y granada fresca, una fruta que se da desde finales de agosto hasta septiembre. Además, su acervo gastronómico incluye más de 300 dulces típicos, como las cocadas y los muéganos.
Del sur de México destaca la cocina de Yucatán y su influencia maya. La cochinita pibil hecha con semillas de achiote y acompañada de una fogosa salsa de chile habanero; la sopa de lima, preparada con pollo, jugo de lima y tortilla frita; además de los recados —pastas de numerosos ingredientes usados para sazonar guisados—.