1. Girona
Las Casas del Onyar son la imagen más, más reconocible de Girona (con permiso de la Catedral y su bellísima escalinata). Un conjunto de fachadas que miran al río entre la Rambla y la calle Platería, corazón del casco antiguo de la ciudad. La mayoría de ellas, construidas durante el siglo XIX (y muchas degradadas durante el XX), presentan carpinterías típicas de madera y singulares persianas enrrollables. ¿La más singular? La Casa Masó, una vivienda situada en la calle Ballesteries, 29, y que si es conocida por algo (además de por su característico color blanco) es por ser la casa natal del arquitecto Rafael Masó i Valentí. Hoy en día es todo un símbolo de la arquitectura novecentista de Girona y sede de la Fundación Rafael Masó.