Selva de Irati
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9 bosques impresionantes para una escapada por la naturaleza

De vez en cuando, adentrarse en un bosque nos reconcilia con nosotros mismos. He aquí algunos de los más espectaculares de toda España. ¿Los conoces todos?

Dani Cabezas
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Es cierto: nos encanta la ciudad. Pero hay pocas sensaciones más especiales que la de perderse (y encontrarse) en un frondoso bosque. Afortunadamente, la geografía española está llena de ellos. Y entre todos, hemos seleccionado algunos de que más nos enamoran. ¿Cuál es tu preferido? Si sois más de playas o piscinas naturales, no os preocupéis, también hemos pensado en vosotros. 

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1. La selva de Irati (Navarra)

Al norte de Navarra -también al suroeste de Francia- se ubica el segundo bosque de hayas y abetos más extenso y mejor conservado de toda Europa, tras la alemana Selva Negra. La Selva de Irati es un lugar absolutamente mágico. 17.000 hectáreas de bosque, pero también de rios serpenteantes, grandes montañas y prados espectaculares. 

2. El Hayedo de Montejo (Madrid)

¿Qué decir de una de las mayores joyas naturales que tenemos en la Comunidad de Madrid? En las faldas de la Sierra de Ayllón se alza el Hayedo de Montejo, declarado en 2017 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una excursión obligada para los amantes de la naturaleza. Eso sí: las visitas están restringidas, por lo que es imprescindible concertar una visita guiada.

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3. Fragas do Eume (A Coruña)

Galicia en su conjunto es un paraíso. Pero si de bosques se trata, pocos como el parque natural de las Fragas del Eume. Un bosque de cuento en el que, además, se ubica el encantador monasterio de Caaveiro, construido en el año 934 y que bien merece una visita. En 2012, 350 hectáreas del parque sufrieron un aparatoso incendio, que afortunadamente no fue a mayores. 

4. Muniellos (Asturias)

Ubicado en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, el bosque de Muniellos es el mayor robledal de España y uno de los más grandes de Europa. Allí vive una de las comunidades de animales más ricas de todo el continente y una flora que quita el hipo. Cualquier época del año es buena para darse un paseo por allí. 

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5. El Ambroz (Cáceres)

El Valle del Ambroz, en el norte de Cáceres, posee una riqueza única. Robles, chopos, olivos, pinos, encinas y alcornoques, entre otras especies de árboles, se suceden en las muchas rutas de senderismo que discurren por estos parajes. Un viaje inolvidable en el que no se debe pasar por alto una visita a pintorescas y hermosas localidades de la zona como Hervás o Candelario. 

6. Faedo de Ciñera (León)

Sus hayas centenarias y los impactantes colores que adquiere en determinadas épocas del año, especialmente en otoño, hacen de este lugar uno de los bosques más sobrecogedores de España. Plagado de leyendas de brujas y hadas, entre sus habitantes más famosos está Fagus, un majestuoso árbol de más de 500 años de antiguedad.

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7. Fageda de la Grevolosa (Barcelona)

¿Árboles de hasta 40 metros de altura? ¿En la provincia de Barcelona? Así es. La Fageda de la Grevolosa es un fascinante bosque en la Serra dels Llancers, un paraje natural increíble a unos 100 kilómetros de la capital catalana. Entre sus muchas especies, llaman especialmente la atención las hayas, que se han conservado de manera envidiable durante siglos gracias al particular microclima del lugar. 

8. Secuoyas del Monte Cabezón (Cantabria)

La secuoya roja, popularmente conocida como secuoya de California, vive y crece a sus anchas a lo largo y ancho de 2,5 hectáreas del cántabro Monte Cabezón. Un lugar donde estos interminables y longrevos árboles rondan, de media, los 40 metros de altura. Fueron plantados en los años 40 para abastecer de madera durante la época más dura de la posguerra, pero hoy 848 ejemplares sobreviven haciendo de este rincón de Cantabria un lugar que nada tiene que envidiar a la soleada California.

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9. El Bosque Encantado (Tenerife)

Al este de Tenerife, en la Reserva Natural de El Pijaral, hay un sendero que bien podría haber inspirado los cuentos infantiles más evocadores... o alguna que otra novela de terror. Las caprichosas formas de los árboles y los enormes helechos de este rincon de la isla la convierten en una visita obligada. El lugar ha sido recientemente declarado Reserva Mundial de la Biosfera. Inspiración en estado puro. 

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