Medinaceli

Levantada en lo alto de un cerro (a 1.210 metros de altitud) y detenida en el tiempo (todavía conserva restos de su pasado romano), Medinaceli es parada obligada para quienes disfrutan con las villas medievales y los enclaves con historia. Puerta de entrada a la provincia de Soria, y vía de acceso a un increíble viaje en el tiempo que comieza dos mil años atrás (todavía sigue en pie el arco de triunfo romano, el único de tres arcos que se conserva en España). Está declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1964, Medinaceli es uno de esos bonitos pueblos que se clavan en la retina, sobre todo si no te lo esperas. Callejuelas empedradas, callejones más que estrechos, plazas porticadas, restos de muralla, monumentos defensivos y triunfales... en un municipio que ha sido celta, romano, musulán, condado, ducado y villa realenga. Imprescindible acercarse hasta el Palacio de los Duques de Medinaceli (una joya renacentista), la alhóndiga (uno de los edificios civiles más bonitos del pueblo) o la colegiata de Nuestra Señora de la Asunción (quizá el edificio religioso más valioso de todo el casco histórico).