Desde la Selva de Irati en Navarra al parque natural de Garajonay en Canarias o el Geoparque Villuercas Ibores Jara en Cáceres
Si hablamos de los paisajes más bonitos en España, sabemos que hay rincones por todo el país que son dignos de cualquier cuento de hadas (o de fantasmas, según el día y el nivel de niebla) para una escapada de otoño, la época por excelencia para salir a disfrutar del paisaje más bucólico en la naturaleza. Pero estos que reunimos en esta lista son perfectos para una escapada de fin de semana en cualquier época del año: desde parques naturales a parajes protegidos por la UNESCO, lagunas sobre las que versan leyendas milenarias y hasta viñedos que, por su ubicación, solo pueden ser vendimiados por héroes. Aquí van unos cuantos paisajes que saben sacar muy bien los colores todo el año.
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Si las hadas existieran vivirían en entornos de fantasía como este del interior de la isla canaria. Para contagiarse de su magia (a veces fantasmagórica), lo mejor es recorrerlo a pie por entre su neblina perenne, siguiendo alguna de las 18 rutas homologadas que discurren por los ancestrales bosques de laurisilva.
Más información en la web de Turismo de Canarias
A menos de 50 kilómetros de Barcelona está el parque natural más antiguo de Cataluña: el Montseny, macizo con vistas (al fondo las siluetas de la Ciudad Condal, Montjuic, el Tibidabo...) y un museo vivo de castaños monumentales. Buscad el de Can Cuch (con 12 metros de perímetro), cuyo hueco interior fue habitado durante años por un carbonero.
Más informaicón en la web de Parques de Cataluña
Es el segundo bosque de hayas y abetos mejor conservado de Europa, solo por detrás de la Selva Negra de Alemania. Un tesoro natural, prácticamente virgen, en el Pirineo Oriental navarro (casi en la frontera con Francia) cuya capacidad para impresionar a quien lo contempla es innegable en cualquier época del año. Pero es en otoño cuando luce su mejor traje: la paleta de colores que se forma en sus valles y senderos es sobrecogedora.
Más información en la web de Turismo de Navarra
Se necesitan varias horas para recorrer todo el entorno natural del monastario de Piedra. Cascadas, arroyos, lagos (el del Espejo es parada obligatoria) y grutas (transitables, como la de Iris) conviven alrededor del monasterio, el lugar de Europa donde dicen que se cocinó por primera vez cacao traído de las Américas a mediados del XVI.
Más información en la web del Monasterio de Piedra
La llanura extremeña se eleva en el sureste de la provincia de Cáceres dibujando un paisaje con cientos de millones de años (rico patrimonio geológico auspiciado por la Unesco). Desde el risco de La Villuerca, punto más alto, se aprecia la mejor vista panorámica de Guadalupe y su monasterio, uno de los conjuntos medievales más bonitos de España.
Más información en la web del Geoparque Villuercas Ibores Jara
Octubre es época de setas, y en la provincia de Soria hay una zona que reúne las condiciones naturales idóneas para que suceda el milagro micológico: Tierra de Pinares, un pulmón verde de 10.000 hectáreas y pinos centenarios donde las carreteras serpentean por pueblos de piedra y paisajes tan increíbles como el Parque Natural de la Laguna Negra y Circos Glaciares de Urbión. Perderse por aquí en otoño y descubrir las leyendas que la rodean, parece buena idea.
Más información de la laguna Negra en la web de Turismo de Soria
Las atrevidas plantaciones de cepas de Godello, Treixadura, Albariño... en las riberas del Miño y cañones del Sil, siguen siendo un secreto por descubrir en la Galicia interior. Aquí están los viñedos heróicos, adjetivo nada gratuito, pues vendimiar en sus pendientes es, además de un sacrificio, todo un ejercicio de equilibrio digno de ver.
Más información en la web de Turismo de la Ribeira Sacra
Además de la Selva de Irati, la provincia de Navarra esconde otros tesoros naturales como el Parque Natural Urbasa-Andía. Y puede que el sendero del Nacedero del Urederra (la salida natural del acuífero formado en este macizo kárstico) sea uno de sus reclamos más interesantes cuando llega el otoño. Se trata de un recorrido de más de seis kilómetros que atraviesa pozas de aguas de unazul turquesa tan intenso que resulta increíble a la vista. Quizá por eso ya se ha convertido en una de estampa imprescindible de todas las que atesora Navarra.
Más información en la web de Turismo de Navarra
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