El Cabañal
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Ruta por la España abandonada: lugares (casi) en ruinas que no deberían caer en el olvido

Su estado decadente esconde leyendas y muchas historias que merece la pena descubrir en una escapada

Noelia Santos
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Esta ruta por los lugares abandonados (o casi) más bonitos de España va dirigida no solo a los aficionados al urbex. También quienes quieren huir de los lugares masificados quizá les guste este listado de destinos con un patrimonio muy 'off', alejado de los circuitos habituales de turismo, que resulta tan interesante como abandonado. Tanto es así, que es patrimonio a punto de desaparecer. Son barrios, construcciones y restos arqueológicos singulares en peligro de extinción a los que apetece escapar de vez en cuando. Si lo hacéis, las sorpresas están aseguradas, y su recuperación, puede que mucho más cerca.  

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Real Fábrica de armas de Orbaizeta (Navarra)

La selva de Irati, esa maravilla de la naturaleza situada al norte de Navarra, en la frontera con Francia, esconde reliquias que van más allá de los paisajes de tonos ocre de su bosque (el segundo hayedo-abetal más grande y mejor conservado de Europa), o la estampa invernal de la selva totalmente nevada en los últimos meses del año. Resulta que, además de su extraordinaria riqueza natural, aquí se encuentran restos arqueológicos industriales, testigo de la historia peninsular, como la Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta, en el valle de Aezkoa. ¿Qué pinta aquí una fábrica de armas? La respuestas es obvia: esta es una zona rica en madera, en minas de hierro y en cursos de agua, lo que explica su levantamiento aquí, a finales del XVIII, para abastecer a la Corona de armamento para los diferentes guerras de la Corona. Eso sí, su proximidad a la frontera la convirtió en objeto de constantes saqueos e indencios, y aunque conseguía resurgir, finalmente fue suprimida en el siglo XIX definitivamente. Hoy solo queda las ruinas de un lugar en el que vivieron y trabajaron 150 empleados y sus familias. Se puede ver la zona de la fábrica (con depósitos, carboneras, hornos...), la de las residencias familiares, una capilla que todavía sigue en pie (aunque convertida en taller) y hasta una presa que se construyó río arriba. Son las dependencias de la fábrica lo que se encuentra en peor estado, pero dar un paseo por aquí es como dar un paseo por la historia. 

Cortijo del Fraile (Almería)

A simple vista puede parecer una típica construcción agrícola más de las que salpican el Cabo de Gata, en Níjar (Almería), levantada en una sola planta y rodeada de varias dependencias alrededor de un patio. Esta, además, cuenta con oratorio, campanario (prácticamente la única parte de la construcción que queda en pie), cripta funeraria (con 12 nichos), cuadras, cochineras, aljibe y hasta horno de pan, detalle que le dio nombre cuando los frailes dominicos lo levantaron en el siglo XVIII, y se le conocía como el Cortijo del Hornillo. Pero el Cortijo del Fraile -tal y como se le conoce hoy-, si ha pasado a la historia es por haber sido testigo de un crimen pasional que inspiró al gran Federico García Lorca para escribir 'Bodas de Sangre'. Y, a pesar de todo, hoy en día es poco más que una ruina popular y poética en extinción. Podréis verlo si hacéis un poco de senderismo por la zona, de camino a las minas de Rodalquilar, otra construcción fabril olvidada. 

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Barrio del Cabañal (Valencia)

Ir a ver qué se cuece por este barrio, situado en paralelo a la playa y muy cerca del puerto, puede ser una de las mejores excusas para dejarse caer por Valencia. Un barrio típico de marineros y agricultores que surgió a finales del siglo XIX y que llegó a ser el epicentro del bienestar (el balneario de Las Arenas fue todo un emblema en plena Belle Époque). Hoy en día es uno de los imperdibles en cuestiones de ocio, cultura y gastronomía (la Fábrica de Hielo es el sitio del momento y Casa Montaña la taberna de comidas decimonónica con más cola para entrar, y elegida como el mejor bar de vinos de España en los IWC 2023). Por no hablar de su riqueza arquitectónica, con fachadas que nos transportan a los gustos estéticos del urbanismo decimonónico. Sin embargo, este 'hype' del modernismo popular (con materiales más humildes y diseños modestos) esconde una situación de degradación y abandono (Hispania Nostra ha contabilizado más de 330 edificios en mal estado), por no hablar del riesgo que existe de creación de una gran avenida trazada por al Ayuntamiento para unir el centro de la ciudad con el barrio, con la que se podría desaparecer lo poco que queda de auténtico en el histórico barrio del Cabañal. 

Parque enciclopédico del pasatiempo (A Coruña)

Estamos en Betanzos (A Coruña), en un jardín histórico del siglo XIX. Nació como un lugar en el que su creador (uno de los hermanos García Naveira, filántropos y emprendedores de Betanzos), quería mostrar lugares destacados y hechos históricos relevantes de los que veían en sus viajes por ahí. Quizá por eso se dice que es el primer parte temático y enciclopédido de la península (llegó a salir en las guías de viajes de Europa y era paso obligado para los peregrinos del Camino de Santiago inglés). Se construyó en 1914 (fecha de inicio de la I Guerra Mundial) y fue una iniciativa única en su género, posiblemente la precursora de los actuales parques temáticos. Cuando se construyó, ocupaba unas nueve hectáreas: tenía jardín, estanques y la zona de pasatiempo, compuesta por terrazas donde se ubicacaban las estatuas, relieves y construcciones que mostraban lugares y hechos de todo el mundo. Hasta que llegó su época de decadencia y su posterior deterioro con la Guerra Civil en el 36. Desde entonces, ha sufrido de todo: desde el derribo de una de sus murallas en los años 40 a su conversión en huerta en los 50 o incluso escombrera en los 70. Aunque en los años 80 se intentó recuperar, hoy en día sigue estando en estado de casi abandono, aunque todavía se pueden ver restos de sus pasatiempos originales. De los elegantes jardines de principios del XX que lo rodeaban, ni rastro. 

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La ciudad romana de Acinipo (Málaga)

En el corazón de la serranía de Ronda se encuentra este yacimiento. Un asentamiento estratégico del imperio romano cuya decadencia comenzó en el siglo IVd.C. Sin embargo, 16 siglos después, ahí sigue en pie el Teatro de Acinoipo, el elemento mejor conservado de todo el yacimiento, aunque no es lo únivo relevante: también ccuenta con termas, vías de la ciudad, así como los restos de algunas casas romanas. Y, este es el hecho más destacado, restos prehistóricos. Los hallazgos más antiguos se remontan al Neolítico, además de otros procedentes de edades posteriores, como la Edad del Cobre y la del Bronce. Está a poco más de media hora en coche de la ciudad de Ronda y, aunque forma parte de la cultura y la historia de la localidad malagueña, pocos saben de su existencia. 

Ferrol Vello (A Coruña)

Debajo de toda esa capa de mugre y abandono se encuentra el origen medieval de la ciudad de Ferrol. La típica villa gallega marinera, con un trazado de callejuelas estrechas y fachadas pintadas de colores que podrían ser la envidia de vecinos y uno de los grandes atractivos para los turistas. Pero no. El recuerdo de aquellos colores es casi lo único que queda, visible en una amalgama de fachadas típicas, entre las que conviven desde la vivienda marinera con balcón de madera a inmuebles con aleros, casas decimonónicas con galerías y balcón e incluso construcciones de elegante diseño art decó. Pero en estado de abandono y con muchos edificios en riesgo de derrumbe, a pesar de contar con el distintivo de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico, desde 2011. 

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Cuevas de Arte Rupestre sureño (Cádiz)

Si hablamos de pinturas rupestres en la península, enseguida se nos va la mente al norte, a Cantabria y sus cientos de cuevas. Pero resulta que en el sur también había mucho arte primitivo. El espeleólogo alemán Lothar Bergman las catalogó como 'Arte rupestre sureño y para verlas hay que viajar hasta la provincia de Cádiz (Campo de Gibraltar, La Janda...) y buscar alguna de las más de 200 cuevas y abrigos que acogen pinturas y representaciones ruprestres. Según cuentan los expertos, las más antiguas corresponen al periodo en el que el hommo sapiens convivía todavía con los últimos neandertales en el Paleolítico superior, aunque la mayoría de los restos son de épocas posteriores (Neolítico, Calcolítico, Edad de Bronce y Edad de Hierro). Una pena que, como dicen desde la Lista Roja del Patrimonion, además de tener que defenderse del abandono, la humedad y la erosión, también tengan que hacerlo del vandalismo humano en forma de grafiti e inscripciones raspadas de adolescentes enamorados. 

Casa Palacio de Calderón de la Barca (Cantabria)

Aquí donde lo véis, este es el edificio civil más antiguo de Cantabria. Tiene un destacado torreón bajomedieval (muy apreciado por su valor arquitectónico), y todo el inmueble en su conjunto está declarado Bien de Interés Cultural. Pero es que, además de todo, resulta que esta es la casa familiar de los antepasados de Calderón de la Barca. El dramaturgo. El autor de 'La vida es sueño'. Un currículum, el de la casa, que no parece ser suficiente para mantener en pie este monumento histórico que hoy funciona como cuadra para el ganado. Si vais por Cantabria este verano, podéis hacerle una visita. Está en Viveda, una de las diez localidades que forman la turística Santillana del Mar. 

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Yacimiento de los Mondragones (Granada)

Sería injusto decir que la historia de Granada pertenece solo a a la Alhambra y a los árabes. Los romanos también estuvieron por aquí, y yacimientos como este, descubierto por casualidad durante las obras de un aparcamiento subterráneo, lo demuestran. Confirman un asentamiento romano de casi 5.000 metros cuadrados, en el se han encontrado restos de villas romanas y de ritos que certifican que aquí hubo mucha actividad socioeconómica, con restos de almazaras, prensas de aceitunas y molino de aceite; también se han encontrado sepulturas, fuentes y suelos pavimentados con mosaicos, ubicados en lo que sería el ámbito doméstico de unos adinerados propietarios. A una de estas villas se la conoce como Los mondragones, y si queréis ver lo que queda de ella, tendréis que acercaros al Museo Arqueológico de Granada. Hasta allí se han llevado las teselas de su mosaico, cuyo espacio ahora lo ocupa un parking subterráneo.

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