El nombre de estas casas rurales, El Escondite de Pedro Malillo, no es casual. Porque si algo tienen de especial sus diez alojamientos con encanto es precisamente su ubicación, ocultas en medio de un gran bosque de robles y encinas a los pies de la Sierra de Gredos. No son las típicas casas de campo, rústicas y con carácter antiguo que uno espera encontrar en un lugar perdido de Ávila, qué va: son lugares todavía más idílicos, de construcción horizontal (una única planta en su mayoría), unas con techos altísimos (lo que permite sumar habitaciones a dos alturas con tejados abuhardillados) y capacidad para hasta 16 personas (eso sí que son vacaciones en familia); otras de tamaño mucho más modesto (perfectas para ir en pareja) pero con zonas comunes dignas de un hotel con muchísimo encanto. No es de extrañar que formen parte de la red de alojamientos Rusticae.
¿Una casa rural en verano? No se nos ocurre plan mejor (como permiso de la playa), teniendo en cuenta que todas estas casas rurales tienen piscina exterior propia y acceso privado desde la vivienda. Ni siquiera la piscina es la típica bañera azul de teselas rodeada de adoquines: las de este misterioso lugar se parecen más a esas piscinas que ves en las revistas de diseño, sinuosas, apetecibles, rodeadas de mucho verde y sin bordillo (como si estuvieras entrando en el mar). Y para colmo, tan bien situadas frente al porche de la vivienda que no sabes dónde acaba uno y empieza la otra (que es justo lo que pasa en la casa de Los Javis). Salones con chimenea, grandes ventanales con vistas al pantano del Rosario, zonas de barbacoa al aire libre, jardines con camas balinesas para contemplar el cielo estrellado (quien quiere un hotel burbuja teniendo una balinesa cerca).
El descanso, la desconexión y el contacto con la naturaleza es total, como una inmersión de aire limpio y puro, y eso, a poco menos de dos horas desde Madrid, es tan necesario como vital. El municipio más cercano es Candeleda, posiblemente el pueblo con más caudales y torrentes de agua a este lado de la provincia de Ávila (se siente, y mucho, el frescor de las gargantas de la comarca de La Vera, en Cáceres, a solo unos kilómetros de distancia desde este Escondite de Pedro Malillo, el secreto mejor guardado a solo dos horas desde Madrid.