Lombok, Indonèsia
Foto: ShutterstockLombok, Indonèsia
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14 destinos del mundo tan espectaculares como infravalorados

Desde una isla desconocida de Grecia hasta una ciudad de costa inglesa, estos son los lugares más sorprendentes del mundo

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Hemos pedido a nuestra red de periodistas y editores de viajes que respondan a la pregunta de cuál es el destino turístico más ignorado del mundo. La lista contiene desde pequeñas islas y pueblos de costa hasta enormes lagos y grandes paisajes, es decir, grandes inspiraciones para viajar.

¿Qué es exactamente lo que hace que un destino esté infravalorado? Son lugares que no aparecen a menudo en las listas de viajes, zonas que no reciben su parte justa de turismo, sitios que son joyas ocultas fuera de las rutas turísticas y que ofrecen excelentes alternativas (y más tranquilas) a puntos populares de la misma región. Y los destinos de esta lista pertenecen, al menos, a una de estas categorías: estos son los destinos más infravalorados del mundo para viajar este año.

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Los destinos más infravalorados

1. Mongolia

Conocida por los tradicionales gers (yurtas, casas), la amistosa gente nómada y los caballos salvajes que corren por estepas vírgenes, Mongolia es un lugar que tienes que experimentar para poder creerlo. Con un nuevo aeropuerto internacional y recorridos asequibles dirigidos por locales, este país aparentemente remoto es más accesible de lo que cabría esperar. Para una introducción perfecta del país, pasa un par de días en la capital, Ulán Bator. Es sorprendentemente fácil de explorar. Después, disfruta de las perfectas cordilleras y el aire fresco de la montaña del Parque Nacional Gorkhi Terelj. Pasa una noche bajo las estrellas en tu propia yurta y no te sorprendas si los pastores nómadas pasan a darte la bienvenida.

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Pailin Boonlong
Branded Content Editor, Time Out Singapore

2. Lago Bacalar, México

Las ciudades turísticas de Tulum y Cancún tienden a dominar el diálogo sobre la península de Yucatán en México, mientras que el lago Bacalar, también conocido como la laguna de los siete colores gracias a sus aguas inolvidables, de turquesa y cian, a menudo se pasa por alto. Es un cambio de ritmo muy bienvenido, donde puedes disfrutar de toda la belleza que este rincón de México puede ofrecer, lejos de los influencers y turistas. Navega en kayak hasta las playas de arena blanca, relájete en los muelles mientras observas las aves migratorias, y duerme en todo tipo de hoteles sostenibles, incluido el soñado Boca de Agua, ubicado en su propia reserva natural.

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3. Cuenca, Ecuador

Para una ciudad relativamente pequeña (aunque es la tercera más grande de Ecuador), Cuenca impacta por su cultura. Es una belleza arquitectónica, y su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Es la casa de muchos artesanos y artistas, que exhiben su trabajo en el festival anual de arte de la ciudad, la Bienal de Cuenca. Es un centro de artesanías tradicionales: aquí es donde se fabrica el famoso sombrero de Panamá (que en realidad se llama Montecristi) y los viajeros pueden visitar talleres para ver el complejo proceso de fabricación de los sombreros en su punto álgido. A menudo se pasa por alto en favor de ciudades más accesibles de Ecuador como Quito o Galápagos, pero Cuenca es un lugar pintoresco por el que vale la pena viajar a las montañas de los Andes.

4. Srebrenica, Bosnia y Herzegovina

Posiblemente, el destino más subestimado de Europa, Bosnia y Herzegovina está lleno de pueblos encantadores, y Srebrenica (a 140 km al norte de Sarajevo) es tan encantador como parece. La Ciudad del Rey alberga la fortaleza medieval mejor conservada de Bosnia, una fascinante estructura del siglo XII con vistas al valle, llena de mitos y leyendas. La cima de Majevica ofrece vistas increíbles, mientras que el lago Ingram, descubierto de forma relativamente reciente, desprende romanticismo. Añade comida deliciosa, cafés vibrantes y mezquitas elegantes, y tendrás un amor esperando a ser descubierto.

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5. Cabo Rojo, Puerto Rico

Pueblo de playa colorido en la costa suroeste de Puerto Rico, Cabo Rojo es la casa de todas las arenas blancas y los mares turquesas que esperas de una escapada al Caribe. Está a tres horas en coche desde San Juan, con un ambiente relajado a años luz de los ruidos y todo el movimiento de la capital. Hay muchas playas a elegir, como la Playa Combate, con una reserva natural que separa la playa del pueblo, Buyé, una playa apartada que puedes compartir con los caballos, y Boquerón, un animado pueblo de playa con restaurantes y bares. Sin grandes resorts, puedes encontrar pequeñas pensiones familiares y complejos vacacionales, como el Combate Beach Resort, ideal para familias, o el lujoso Cuatro Casitas. Termina el día saboreando un mojito de maracuyá con una vista a la puesta de sol por la que es conocida la costa oeste de Puerto Rico.

6. Gippsland, Australia

Ubicado en la esquina este de Victoria (a unas cuatro horas y media en coche desde Melbourne), Gippsland es un país de las maravillas que abarca caminos silvestres, canales serpenteantes, suelos de cultivo fértiles y extensiones desiertas de playas de arena blanca. Devastada por los incendios forestales del verano de 2019 y 2020 (que dejaron pueblos aislados durante semanas, la fauna local diezmada y más de 400.000 hectáreas de tierra quemadas) y después impactada aún más por la pandemia mundial, la recuperación de Gippsland ha sido lenta y constante. Sin embargo, con muchas atracciones naturales, pueblos únicos y una escena gastronómica de rápido crecimiento que se basa en defender los productos locales (marisco, quesos, carnes de corral, vinos de clima fresco y frutas orgánicas), realmente nunca ha habido momento mejor que ahora para visitar esa joya victoriana.

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7. Burlington, Vermont

El encanto de Burlington como ciudad universitaria frente al mar ya está establecido, pero con cinco chefs y restaurantes seleccionados recientemente como semifinalistas por los premios James Beard de 2023, se está convirtiendo en uno de los destinos gastronómicos imprescindibles del país. Desde el sundae de tahini de la chef pastelera Amanda Wildermuth en Honey Road, con las influencias del Mediterráneo oriental, hasta las coles de Bruselas con fieles seguidores gracias al menú de la granja del chef Mojo Hancy-Davis en May Day, además de una selección rotativa de cervezas artesanales de la pequeña cervecería experimental Foam Brewers. La escena de restaurantes y bares de Burlington es bulliciosa.

8. Plymouth, Inglaterra

Si la ciudad de Plymouth, en Devon, fuese más pequeña, se consideraría una joya para una excursión de un día. Si fuera mayor, simplemente no se podría pasar por alto. Quizás por su tamaño medio pasa desapercibida, y eso es bastante injusto. ¿Te gusta el arte? The Box es una brillante galería recientemente inaugurada que celebra a los artistas locales. ¿Te gusta la arquitectura? Quedarás deslumbrado por el recién remodelado Market Hall, que también tiene su propia "cúpula de arte inmersivo". ¿Te gusta nadar? Pocas piscinas son más espectaculares que Tinside Lido. ¿Te gusta la ginebra? La destilería más antigua de Inglaterra está justo en el centro histórico de la ciudad. Reserva una habitación en el Bistrot Pierre B&B, en el renovado Royal William Yard, y tendrás prácticamente el fin de semana perfecto.

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9. Turku, Finlandia

Existe una longeva rivalidad entre las ciudades finlandesas de Turku y Helsinki, y con mucha razón. Turku, la segunda ciudad del país y capital histórica (un título al que renunció en 1812), es tan espectacular como Helsinki. Conocida como la 'París de Finlandia', gracias a sus encantos junto al río Aura y su próspera cultura de cafés y cantinas, Turku es también la ciudad más antigua de Finlandia (llena de atracciones medievales como el castillo y la catedral) y un centro para la innovación ecológica. Nuestro consejo: haz un recorrido de degustación de productos locales en un barco eléctrico y navega por el Aura con estilo.

10. Cárpatos, Grecia

Mientras los turistas acuden en masa a ver la puesta de sol en un Santorini a rebosar o se broncean espaldas con espaldas a las playas llenas de gente de Mykonos, los griegos que saben de verdad hacen el viaje en ferry de cuatro horas desde Rodas hasta la pequeña isla de Cárpatos en el Dodecaneso. Si haces lo mismo, te relajarás en todo tipo de playas casi desiertas y bañadas por aguas cristalinas y frecuentadas por focas monje del Mediterráneo. Prueba la comida local de las tabernas de Olimpo, un pueblo de montaña que parece congelado en el tiempo, donde las mujeres aún visten ropas coloreadas tradicionales y los burros son el único elemento del tráfico.

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11. Lombok, Indonesia

Teniendo en cuenta lo ocupadas que están las playas en su vecina Bali, es sorprendente que no haya más personas que hagan el corto viaje hasta la isla de Lombok. Las playas de arena blanca del sur tienen más búfalos que se mueven a cámara lenta que tráfico, mientras que los usuarios de Instagram son una rara avis en las terrazas de campos de arroz del este. Hacia el norte, el majestuoso Rinjani (el segundo volcán activo más alto de Indonesia) ofrece escaladas difíciles y vistas épicas. Y por los menos excursionistas, hay exuberantes bosques tropicales y cascadas que truenan. Con la isla recuperándose de un gran terremoto y la pandemia, nunca ha habido un momento en el que visitarla sea más apreciado.

12. São Tomé y Príncipe

A la deriva en el golfo de Guinea, frente a África occidental, las islas volcánicas de São Tomé y Príncipe conforman juntas el segundo país más pequeño de África y siguen siendo una de las bellezas olvidadas de los viajes africanos. Son una reserva de la biosfera declarada por la UNESCO, y es que aquí las exuberantes selvas tropicales caen en aguas claras, ofreciendo gran cantidad de aventuras basadas en la naturaleza. También hay un rico paisaje cultural por descubrir, desde la historia de la isla como el mayor productor de cacao del mundo hasta las encantadoras estancias en las tradicionales plantaciones de Roca. De cara al 2024, estate atento a la esperada reapertura del Bom Bom Resort en el extremo norte de Príncipe, un paraíso tropical que se extiende tanto por el bosque como por la costa.

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13. Bray, Irlanda

La llegada del ferrocarril en 1854 hizo que Bray, sólo doce millas al sur de Dublín, fuera tan popular que llegó a conocerse como el Brighton de Irlanda. Después de años de declive, el paseo marítimo de la época victoriana de una milla de extensión está ahora lleno de cafés y restaurantes. Pasea desde el puerto, a lo largo de la explanada, hasta el Bray Head, de 800 pies de altura. Merece la pena hacer la subida de una hora para disfrutar de las vistas panorámicas desde su cima rocosa. Recarga energías en Butler & Barry en la playa, antes de tomar una Guinness en la institución local que es el Harbor Bar.

14. Eastern Highlands, Zimbabue

Aunque la mayoría de viajeros de Zimbabue se dirigirán directamente a las majestuosas cascadas Victoria o al reconocido Parque Nacional de Hwange, la frontera este del país cuenta con un lugar de belleza igualmente asombroso que permanece relativamente desconocido. Las Eastern Highlands (o tierras altas orientales) de Zimbabue componen las tres cadenas montañosas de Bvumba, Nyanga y Chimanimani. Son casa de las cataratas de Mutarazi, las más altas de Zimbabue, donde puedes lanzarte con una tirolina e intentar el vertiginoso skywalk; el Nyangani, la cima más alta de la región y el santo grial por los excursionistas; y más al sur, las tranquilas montañas de Bvumba, cargadas de niebla. Con sus valles empinados, vientos frescos y recorridos panorámicos, esta zona es el equivalente de Zimbabue a los paisajes de Escocia.

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