Campo de Criptana

Pensar en 'El Quijote' de Miguel Cervantes es imaginar los molinos de viento, esos gigantes a los que el ingenioso hidalgo creía enfrentarse. Y pasear por Campo de Criptana, es verlos y caminar junto a ellos. Porque esta localidad manchega, de calles estrechas y empedradas, callejones en pendiente y casas típicas con fachadas de cal blanca y zócalo en llamativo azul añíl, es el mejor ejemplo de estas estructuras rudimentarias que en el pasado sirvieron para mantener en pie una industria agrícola de la zona. Hoy esos molinos, en los que dicen que Cervantes se inspiró para situar una de las aventuras más populares de la novela (el combate contra los gigantes, en el capítulo VIII), son el mejor reclamo para visitar una comarca que presume de ser el mayor viñedo del mundo. Porque Campo de Criptana es (junto a Socuéllamos, Tomelloso o Alcázar de San Juan) uno de esos municipios que sí o sí hay que visitar para conocer de cerca la Ruta del Vino de La Mancha, que concenta más de 500.000 hectáreas de viñedo. Y está aquí al lado.