Real Fábrica Española es una de tienda de productos y marcas de toda la vida que hasta ahora solo funcionaba a través de web. Desde que abrió en el barrio de las Letras nos ha cautivado. Y no solo porque sea un comercio de utensilios en desuso, o un colmado en el que hay sitio para esos productos que, ahora que se lleva lo vintage, nos vuelven tan locos. Nos ha enamorado porque todas las piezas, prendas textiles y hasta productos gourmet que tiene son los que muchos de nosotros hemos visto y probado alguna vez en la casa del pueblo de nuestros abuelos. Solo que aquí todo es nuevo y tiene sus embalajes originales.
Eso es Real Fábrica, como un repaso a la historia industrial de la vieja España y sus provincias, un viaje a aquella época en la que se comía en platos de peltre y se utilizaban sifones de cristal, se calzaban babutxes mallorquinas y se lucían gorras trenzadas a mano de Montehermoso, en Extremadura. En cuestiones de cosmética, el colorete era de Maderas y la loción de afeitado Floïd. Y para moler el café no faltaban los molinillos de Elma.
Rocío, su propietaria, lleva años de pueblo en pueblo en busca de artesanos y marcas originales, muchas a punto de caer en el olvido por falta de uso, y comercializándolas a través de su web. Ahora inaugura tienda a pie de calle con la misma filosofía: “recuperar la tradición”. Todo un desafío con el que está devolviendo a la vida piezas icónicas, solo que ahora, además de verlas en su web, podemos sentirlas y olerlas antes
de comprarlas.