A finales de 2015 el célebre Oriol Balaguer se hizo cargo de esta emblemática pastelería de Salesas, tras la jubilación de su anterior propietario y consiguiente cierre, un hecho insólito para un negocio que llevaba abierto ininterrumpidamente desde 1914. Se ha respetado fielmente la decoración anterior, de corte clásico, con los espejos, los mostradores y las molduras y fachada prácticamente inalteradas. Igual que algunas de sus recetas, como las del ponche, la tarta de limón, la tarta selva negra, los naranjines, los carballones, las palmeras de chocolate, lionesas, piononos y milhojas, eso sí, hechas ahora con el toque personal del reconocido pastelero. Entre las novedades, su inconfundible croissant de mantequilla y las creaciones de chocolate (desde los bombones al panettone en Navidad), seña de la marca Oriol Balaguer, La Duquesita suma un nuevo espacio: el local aldeñado, en el que han levantado un exquisito salón de té, con sofás de capitoné y grandes ventanales a la calle Fernando VI. Un espacio con el que la pastelería gana metros cuadrados y los clientes, tiempo para pasar mucho más rato.
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