Los calcetines le deben mucho a firmas españolas como esta, empeñada en devolverles el protagonismo y la originalidad que nunca debieron perder. Ni en cuestiones de diseño, ni de calidad. Y ahora por fin dan el salto al offline con la apertura de su primera tienda a pie de calle.
Está en la calle Fuencarral, cruce de caminos entre los barrios de Chueca y Malasaña, y epicentro comercial de la zona para madrileños y turistas. Y aunque la tienda no es muy grande -ni muy pequeña-, es lo suficientemente atractiva como para atraer la atención de todos. Cientos de calcetines colgados y perfectamente alineados, combinando modelos y estampados. Como si fuera un almacén ilustrado.
Si buscas un regalo original -para hombre, mujer o niños incluso-, darte un capricho o simplemente quieres salir del aburrimiento habitual al que nos tiene acostumbrada esta prenda interior, este es el sitio ideal. Desde estampados con motivos animales o vegetales -los cactus son un must-, a escenas costumbristas como un día de festival o de playa, con opción de comprarlos en packs de cuatro o diez calcetines. Motivos más que de sobra para caer en la tentación y pecar hasta por los pies.