El Gato y el Ovillo es un sitio para aprender a hacer punto junto a la plaza del Marqués de Salamanca (no confundir con El Gato Negro, una de las veteranas y más antiguas del centro Madrid). Laura abrió en 2017 las puertas de este coqueto local, inspirado en una casa antigua (con su alacena de los años 60, su mesa camilla y su tapetito de ganchillo), repleto de ovillos de lana, de agujas para hacer punto y muchas otras para crochet. Además de vender madejas de todos los colores y estilos, y productos con los que poner a prueba la destreza y los conocimientos, imparte clases para todos los que quieran sumarse a esta tendencia que "desde hace ya algunos años ha vuelto para quedarse", apunta Laura (y no solo en casa de las abuelas, como decimos nosotros). Da igual el nivel de cada usuario (desde principiante a experto), Laura enseña a hacer punto, ganchillo y costura, y en formato continuo, por lo que cualquier momento es bueno para empezar (más allá del frío invierno).
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