Yumé

La compañía franco-suiza Beaver Dam nos trae uno de sus fabulosos cuentos bailados. Porque aquí no hay palabras, hay imagen y movimiento. El nombre de la compañía remite a los castores, animales que construyen en equipo. Así construyen el coreógrafo y sus bailarines la historia de una heroína a la que le han robado la sombra. Para recuperarla, se embarca en una viaje mágico y misterioso. En el fondo del mar o perdida entre las nubes, se encontrará en lugares extraños y maravillosos donde se trastocan las leyes de la naturaleza. La pieza nos sumerge, de la mano de su heroína, en la estética de los cuentos de hadas japoneses y, sobre todo, en la serie de animación Nihon Mukachi Banashi. Para ello, el director de la pieza y fundador de la compañía, Edouard Hue, utiliza la técnica ‘Kuroko’, que procede, claro, del teatro tradicional japonés. Consiste en la presencia en escena de tramoyistas totalmente vestidos de negro, invisibles para el público. Ellos introducen, sujetan y mueven objetos y decorados que nos encandilan con su efecto ilusorio. Toda una experiencia visual.