Ubicado en la calle de Cuchilleros, a menos de cinco minutos de la Plaza Mayor, este tablao ofrece múltiples espectáculos flamencos a diario en los que no se usa micrófono o cajón, con el objetivo de ayudar a la voz y la guitarra. Este flamenco completamente puro apuesta por la improvisación, el talento, los sentimientos y las emociones, es decir, el duende, esa capacidad que tienen los artistas flamencos de llenar el escenario con su presencia.
La fiesta flamenca continúa a medianoche, cuando el tablao se convierte en la Sala Rociera, con entrada gratuita, acompañada de aperitivos típicos de la cocina española, música en directo y visitas por las cuevas. Además, si os quedáis con ganas de aprender lo que habéis visto sobre los escenarios y dar vuestros primeros pasos en este mundo, sabed que La Quimera ofrece clases de flamenco teóricas y prácticas.