Autor: Samuel Beckett. Dirección: Miquel Górriz y Àlex Ollé. Intérprete: Pere Arquillué.
Vosotros no lo sabéis, pero Pere Arquillué está más presente en vuestras vidas de lo que creéis. Su voz, como doblador y locutor, está en anuncios, series y películas. Su voz es un tesoro y aquí, en este sencillo y efectivo montaje, se explota al máximo. Pero Arquillué no es solo un actor de voz, o de voces, de registros diversos y modulaciones precisas, sino que compone con todo su cuerpo, y aquí más que nunca, porque el protagonista de este 'Primer amor' es lo que es por la composición corporal del actor, que llega incluso a eclipsar el discurso, tan inquietante y extraño como los propios movimientos del actor.
'Primer amor' es puro Beckett como Arquillué es puro teatro. Disfrutar esta delicada pieza de orfebrería escénica de cerca es todo un placer, pese a que a veces la formalidad emborrona el fondo, esa historia de amor oscuro que cuenta su protagonista en primera persona, ese texto desasosegante que Beckett alumbra en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, que tan importante fue para él como hombre y como escritor. Él supo ver que, después de aquel acontecimiento, el hombre nunca volvería a ser el mismo. Había perdido una especie de inocencia que, ahora sí, abocaba la Historia hacia un absurdo sin sentido: vivir para matarse.
El montaje es sencillo, limpio y frío, como la losa sobre la que reposa el cuerpo del actor al comienzo de la pieza y a la que volverá al final, cerrando una estructura circular. Es un recital de Arquillué, que explota sin ambages lo que tiene de humor trágico el relato de un primer amor nada convencional, nada romántico, sino áspero y hasta maloliente –metafóricamente hablando–. Es una perversión de los mitos del relato amoroso tradicional que empieza en el cartel, acertadísimo diseño que nos enseña, con toda su crudeza, unas mariposas dentro de un estómago, pero de verdad. Tras una hora de hipnosis, uno sale admirando al actor y preguntándose si todo eso del amor es pura construcción literaria a partir de… vaya usted a saber qué secretos intereses.