La mallorquina Clara Ingold pasa dos días por Madrid y no os la deberíais perder si os va el humor con retranca política. Presenta en el Teatro del Barrio su segundo espectáculo en solitario y habla de autodestrucción, individual y colectivamente. Todo parte de anécdotas y vivencias personales que caen como chistes afilados, porque si algo tiene esta cómica de particular es el uso del lenguaje viperino para hablar de los problemas de su generación, yendo de lo pequeño a lo universal. “Es de la mierda desde donde se hace la mejor comedia”, dice ella, que no duda en apelar a la risa como herramienta de denuncia. La actriz combina el formato monólogo stand up con canciones que compone y canta ella misma, con igual dosis de humor absurdo, ironía y autoparodia, porque ya se sabe que el mejor cómico es el que se ríe abiertamente de sí mismo. Y ahí es donde entran temas como el autoboicot, las relaciones, los ideales de belleza, el canon estético cuando eres mujer…
Una celebración, en definitiva, donde cabe tanto el drama como, sobre todo, la comedia.
El monólogo es tan antiguo como el teatro, es casi el origen del teatro, la esencia que representaron esas personas que se paraban en cualquier lugar a contar cosas, como verdaderos hombres y mujeres orquesta, arremolinando gente alrededor para estimular su imaginación, su conocimiento o su risa. Género infinito, ha usado siempre el humor para atraer la atención y conservar en la memoria relatos a veces elevados y a veces populares, y la modalidad del stand up ha llevado en las últimas décadas esta modalidad escénica a cotas de irreverencia e ingenio que la ha hecho muy célebre. Hoy es una de las opciones de ocio preferidas por gente de toda edad y condición. Aquí os damos unas cuantas
recomendaciones, mezclando el puro monólogo de humor con otros espectáculos cómicos
de formatos y temáticas variadas y obras unipersonales de esencia teatral.
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