Los amigos de ellos dos
Sergio ParraLos amigos de ellos dos
  • Teatro
  • Crítica de Time Out

Reseña

Los amigos de ellos dos

3 de 5 estrellas

Festival interpretativo de dos grandes de nuestra escena, Malena Alterio y David Lorente, en una obra de tema controvertido que dirige Daniel Veronese

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Time Out dice

Una pareja media, en edad y condición social, blanca y hetero, entra en el reservado de un restaurante. Han quedado a cenar, como cada jueves desde hace doce años, con sus mejores amigos, otra pareja de la que iremos descubriendo que tienen una condición social un poco por encima de la media, digamos clase alta. Esta otra pareja, que siempre elige el restaurante para la cena de los jueves, hoy se retrasa más de lo normal. Y ese retraso es el contexto perfecto para conocer a Nicolás y a Eli, nuestros protagonistas, que en la contraposición con la pareja ausente, desatan sus costuras. 

En Alterio reconocemos la esencia del arte de la interpretación

Es un arranque interesante, y teatralmente podríamos decir que la obra es impecable, al  menos en los patrones típicos del teatro comercial, porque el texto avanza ágil y fluido, la dirección es meticulosamente invisible –marca Veronese– y la encarnación de esa desgraciada pareja, que levanta las risas del público con sus ocurrencias y su forma de relacionarse, es de premio, tanto la de David Lorente como la de Malena Alterio. Lorente es ese hombre común en el que confluye toda una herencia interpretativa genial que pasa por Alfredo Landa, José Luis López Vázquez o los más recientes Javier Cámara y Javier Gutiérrez. En Alterio reconocemos la esencia del arte de la interpretación, de cómo elevar la verdad en un lugar, en un sentimiento, en un convencimiento y llevarla a sus últimas consecuencias. 

La dupla Veronese y Matías del Federico ya triunfó con otra comedia que, como las grandes exponentes del género, está preñada de abismos dramáticos, 'Bajo terapia'. Igual que sucedía con esta obra anterior, 'Los amigos de ellos dos' se estrenó con gran repercusión en Buenos Aires y llega ahora a Madrid en la versión española que ya ha girado por varias ciudades de la península.

Uno no puede dejar de pensar en un esquema demasiado neoliberal

Y lo mismo que pasaba con 'Bajo terapia', esta nueva comedia desemboca en un final algo menos inesperado que en la anterior, pero igualmente chocante. Lo que ocurre es que en este caso, visto el desarrollo de la trama, uno no puede dejar de pensar en un esquema demasiado neoliberal, donde los perdedores deben asumir que no existe ascensor social posible, que es mentira que el esfuerzo te lleve a superar una condición de subalternidad, que los que son como Nicolás y Eli son unos desgraciados que solo pueden vivir en la fantasía de prosperidad a crédito que propone el sistema. Y si un día se les ocurre cuestionar esa fantasía, la realidad les cae encima como una losa que los aplasta. Y la culpa, encima, será de ellos.

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