Estamos quizás ante uno de los japoneses más fastuosos de la capital. Ya te adelantamos que su propuesta es para venir a darse un homenaje. Es un espacio pequeño, a pesar de sus dos pisos, pero también una experiencia inolvidable a unos metros de la Puerta de España del Retiro. Y cuenta en la acera con una pérgola para una veintena de comensales.
Yago Martínez y Álvaro Castillejo, sus responsables, ha reunido, traduciendo en la carta el concepto japonés zeitaku que da nombre al restaurante, lujo (con ornamento) y extravagancia (como puesta en escena, en el emplatado). Producto excepcional, técnica y pureza niponas y todo ese aire de cocina burguesa occidental entre mármol blanco, espejos y dorados.
Una vez comprado el concepto, poneos en las manos del joven sushiman venezolano y del audaz sumiller madrileño y dejaos llevar por toda una sinfonía que va de un tartar de gamba blanca de Huelva con huevas de pez volador y mayonesa de wasabi a un láminas de wagyu que cada comensal las pasa por la plancha a su gusto (segundos es decir mucho) pasando por una monumental galería de niguiris o una masterclass de cortes de atún: akami, chu toro, o toro, kama toro.