Lo de Yoka Kamada es uno de los negocios más prósperos, ejemplares y queridos de la zona. Empezó haciendo makis y niguiris en apenas dos metros cuadrados y ha acabado comandando una taberna nipona en el corazón del mercado de Antón Martín, un rincón donde todos los cocineros son japoneses. Eficiencia, sonrisas, buena materia prima, propuestas del día, objetos importados, sake, mochi de té verde, precios ajustados, amabilidad… son algunos de los pilares de este atractivo puesto. Puedes comer allí mismo o llevarte a casa cualquiera de sus bandejas de sushi o su ramen (una de sus últimas incorporaciones).
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