¡Qué divertido para una comida, sobre todo, que se alarga entre amigos sin mirar el reloj! Ultramarines del Coso es la última inauguración del exitoso Grupo Lamucca (¡y van 15!) y es un apetecible tres en uno en pleno corazón de Malasaña: terraza, barra y restaurante, todo en torno al concepto de tasca pero traído al presente.
Sorprende quién está detrás de lo culinario, que no es otro que Andy Boman, a quien conocíamos del fabuloso tailandés (de fusión asiática, en realidad) El Flaco. Sobre la base de taberna tradicional él aporta esos ciertos toques de exotismo, tirando a lo nórdico, sin complicaciones, porque este lugar es el típico al que ir en cualquier momento, sea a una cerveza en la mejor terraza del barrio, a tapear de pie o a sentarse para un almuerzo o cena igualmente casual. No esperemos algarabías gastronómicas pero funciona para este plan, como cualquiera de la compañía.
Boman, sueco de nacimiento y criado en África, apuesta por los ahumados en unas buenas gildas, en su 'smoked panceta', en un brioche sobre el que coloca estupendas anchoas o en una ensaladilla rusa con salmón. Así, de lo castizo al punto exótico pasan también sus potentes bravas, unos callos en versión 'funky' y hasta un ssam de oreja crujiente que es un 'must'. La ensalada de remolacha con queso azul, pera y nueces caramelizadas o su salmón ahumado en caliente con hinojo, pepino y eneldo viajan a su tierra natal mientras que de su trayectoria trae las costillas de cerdo ahumadas y glaseadas a lo asiático o las brochetas de cordero con tahini.
Encantador y animado servicio, tanto como la parroquia que lo frecuenta, redondean este nuevo 'spot' con la esencia de las calles de alrededor y una chispeante y más que decente oferta en el esquinazo más deseado de la zona.